La Vall d'Albaida
Víctima de la 'manada' de Valencia: “Se acercaban por detrás y me penetraban, yo no tenía ni fuerzas para gritar o marcharme”
La menor, que solo tenía catorce años y estaba aturdida por el alcohol, confiesa que no quería denunciar por miedo
Los investigadores de la Guardia Civil aseguran que la niña fue violada por al menos quince personas

Los cuatro acusados llevados a juicio por la violación grupal a una menor de 14 años en la Vall d'Albaida. / Ignacio Cabanes / Miguel Ángel Montesinos
“Me daba vueltas todo, no podía mantenerme en pie”. Así se encontraba la menor de catorce años víctima de la violación grupal de la Vall d’Albaida, durante la celebración de un cumpleaños, tras tomarse una copa que le preparó uno de los acusados. Poco después dos de ellos la llevaron a una zona todavía más apartada detrás de un muro, donde comenzaron a someterla a distintas prácticas sexuales al mismo tiempo y alternándose.
Estando en esa situación de total vulnerabilidad, y durante cerca de hora y media, la adolescente es consciente de que otras personas, a las que no pudo identificar en su día, también la forzaron sexualmente. “Se acercaban por detrás y me penetraban, yo no tenía ni fuerzas para gritar o marcharme”, ha reconocido en el juicio celebrado en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia contra cuatro jóvenes que se enfrentan a penas de hasta 24 años de prisión el principal encausado, y cinco años por corrupción de menores el único que no tuvo sexo con la menor pero que se lo propuso como condición para llevarla en su coche a casa de su abuela sabiendo ya todo lo que había sufrido.
La víctima se ha derrumbado en dos ocasiones durante su declaración, la primera al recordar el momento en el que fue consciente de lo que estaba sucediendo, cuando después de ser forzada sexualmente por varias personas su propia amiga la insultó llamándola “puta”. Y la segunda al confesar que ella no quería denunciar “por miedo”, y que fue una decisión de sus padres.
Los letrados de la defensa han aprovechado la declaración que realizó la menor mediante cámara Gesell, pensada precisamente para evitar una doble revictimización, para intentar de desacreditar el testimonio de la víctima con posibles contradicciones. Afirmaciones como que sí podía gritar y escapar, lo cual hoy ha negado, o una manifestación en la que dijo que aparentaba un año o dos más de los que tenía. Cuestiones secundarios en el amplio y detallado relato que es confirmado por elementos periféricos como las declaraciones de los testigos. Como una amiga de la víctima, quien ha recordado que la menor iba tambaleándose y que la tuvo que sujetar para que no se cayera.
Una violación grupal planificada
Una violación grupal planificada con múltiples prácticas sexuales a una niña de solo catorce años aturdida por el consumo de alcohol. Esa es la conclusión a la que llegaron los investigadores de la Guardia Civil que llevaron el caso de la ‘manada’ de la Vall d’Albaida sobre los hechos ocurridos en la madrugada del 27 de septiembre de 2020. En la cual los acusados eran “los maestros de ceremonia que controlaban lo que se puede y no se puede hacer con la víctima”, ha señalado el instructor de las diligencias, y que la llevaron hasta allí con el claro propósito de violarla tras emborracharla sabiendo que era menor.
Los guardias civiles hablan de cinco episodios distintos durante esa noche, el más grave el ocurrido detrás de un muro en un paraje apartado de un municipio de la Vall d’Albaida que este periódico no revela para preservar el anonimato de la víctima. Pese a que muchos agresores no han podido ser identificados, según los testimonios recabados por la Guardia Civil, al menos quince personas sometieron a la menor a distintas prácticas sexuales a la vez y mientras se la iban intercambiando.
“Muy inocente y con poca autoestima”
“Se le veía muy cría, muy inocente y con cara de niña, y con muy poca autoestima”, afirma el sargento que tomó declaración a la víctima cuando acudió a denunciar estos graves hechos tres días después acompañada de sus padres. “Cuando la escuchabas hablar se notaba que no tenía un grado de madurez suficiente”, añade este testigo. Además, al menos dos de los acusados la conocían de antes y sabían que era menor.
Tampoco se aprecia un ánimo espurio de la menor contra los acusados, de hecho aunque sabía que lo que le habían hecho no estaba bien y que la habían utilizado, “quería minimizar lo ocurrido” y denunciar “sin que se supiera la magnitud de lo que allí había sucedido”, ha insistido el instructor.
Aunque para los investigadores todas las relaciones sexuales con la menor son delictivas, por su edad y el estado de embriaguez en el que se encontraba, en su primera declaración la víctima intentó proteger a algunos de ellos marcando algunas relaciones que la menor consideraba consentidas, como la que tuvo con otro menor en el interior de un coche. El único de los acusados condenado hasta la fecha tras reconocer los hechos en un juicio por conformidad en un juzgado de Menores de València, en el que aceptó una medida de dos años de libertad vigilada.
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