Ejercicio para prepararse ante posibles catástrofes

Extremadura pone a prueba la capacidad de respuesta de sus equipos de emergencias

Más de cien profesionales de estos grupos de acción participan en un simulacro de accidente químico en una industria de Guareña

El ejercicio incluye alertas masivas del 112 a los móviles y confinamientos

Atención sanitaria una trabajadora ‘herida’ a las puertas de las instalaciones de Inquiba.

Atención sanitaria una trabajadora ‘herida’ a las puertas de las instalaciones de Inquiba. / Carlos Gil

Extremadura puso a prueba ayer la capacidad de respuesta de sus equipos de emergencias ante un suceso crítico. Lo hizo organizando un simulacro de accidente en las instalaciones de Inquiba, una industria química ubicada en la localidad pacense de Guareña en la que trabajan alrededor de 250 empleados.

El percance (ficticio) se produjo en torno a las once y media de la mañana a causa de un incendio en la caldera de aceite térmico y en la tubería de alimentación de gas natural licuado de este equipo. Poco después ya se tuvo conocimiento de varios heridos, los primeros de los cuales iban siendo atendidos a las mismas puertas de esta fábrica de productos de limpieza e higiene personal. Además, el riesgo de que se formase una nube tóxica que afectase tanto a los vecinos de esta población como a los de las cercanas Manchita y Cristina obligó a decretar confinamientos y a dar avisos por distintos medios: sistemas de megafonía fija y portátil y activación del sistema ES-Alert. Una herramienta esta última mediante la cual el 112 envía a todos los móviles que se encuentran en el entorno un mensaje de texto alertando de una emergencia.

Reunión en el Puesto de Mando Avanzado.

Reunión en el Puesto de Mando Avanzado. / Carlos Gil

Todo esto es lo que ensayaron ayer más de un centenar de efectivos del 112 Extremadura, bomberos del EI, Guardia Civil, policía local, ambulancias UME (Unidades medicalizadas de emergencias) del SES, Cruz Roja, Protección Civil, y trabajadores del Colegio Oficial de Psicólogos, y del de Trabajadores Sociales de Cáceres. También colaboró personal de los ayuntamientos implicados, e incluso de un grupo teatral local a quienes les correspondió desempeñar el papel de heridos. Asimismo, estaba previsto que tomara parte también un helicóptero, que finalmente no despegó a causa de la copiosa niebla que había en la zona.

Este simulacro se ha producido con la imagen todavía muy cercana de los daños que ocasionó hace tres semanas una DANA en varias provincias españolas, fundamentalmente en la de Valencia, y sin que haya cesado la polémica que ha rodeado la gestión de esta catástrofe y la forma y los tiempos en los que fue avisada la población. No obstante, el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social extremeño, Abel Bautista, que dirigió la reunión del Centro de Coordinación Operativa (CECOP), desvinculó ambos hechos por completo. La complejidad de movilizar «todos los grupos de acción» que intervinieron en este ejercicio exige arrancar el proceso con mucha antelación, incidió. «Este es un simulacro que la Junta de Extremadura lleva planificando meses, concretamente desde julio», y que «es fruto de la programación de emergencias» de la istración autonómica, que en 2024 ha visto incrementado «el presupuesto un 38%», afirmó. 

El consejero, que agradeció la colaboración de Inquiba en el simulacro, destacó que «es importante estar prevenidos para que, ojalá y no ocurra nunca», llegado un accidente de este tipo «todos hayamos practicado cómo coordinarnos», y «cómo movilizar» los recursos «reduciendo lo máximo posible los tiempos de respuesta y sabiendo exactamente cada uno, cada grupo de acción, a quién se tiene que dirigir, cómo lo tiene que comunicar, cómo debe actuar, y cuáles son aquellos elementos que pueden hacernos perder tiempo».

Bautista avanzó que está prevista la compra en 2025, con fondos europeos, de un segundo Puesto de Mando Avanzado (PMA) como el que se desplegó ayer. «Nadie dice que no pueden ocurrir dos emergencias en un mismo día y tenemos que estar preparados», adujo. Esta unidad tendrá un coste de alrededor de 1,8 millones de euros.

Foto de familia de los participantes en el ejercicio de ayer.

Foto de familia de los participantes en el ejercicio de ayer. / El Periódico

La de este martes ha sido también la primera vez en la que se lleva al terreno la unidad móvil de emergencias NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química), adquirida recientemente por la comunidad autónoma. «La función» de este vehículo es «ir detectando» si un contaminante (en esta ocasión, químico) concreto se ha liberado a la atmosfera y, si ha sido así, confirmar «por dónde se va desplazando la nube tóxica, para tener datos concretos, precisos y reales» que permitan que desde el PMA se tomen las decisiones adecuadas, explicó Víctor Navarrete, técnico de Protección Civil y jefe de sección de Riesgos Tecnológicos. Y la decisión «más la habitual que se toma en caso de nube tóxica es un confinamiento de la población», apostilló.

Es cuando supuestamente el elemento contaminante había llegado ya a la atmósfera cuando también se activó «todo el plan de emergencia exterior» y cuando se comunicaron a los vecinos a través de mensajes al móvil, «de alarmas» consistentes en sirenas fijas y «de vehículos circulando» por las calles, «las indicaciones» de qué es lo que tenían que hacer, precisó Abel González Ramiro, alcalde de Guareña. Aunque estaban ya previamente advertidos de que se trataba de un accidente ficticio, por todos estos canales se volvió a insistir de se trataba de un simulacro y de que no había que llamar al 112. 

«Si está en la calle protéjase las vías respiratorias con pañuelos o paños y busque refugio en un edificio cerrado, permanezca en el edificio en el que se encuentre, cierre puertas y ventanas y desconecte los sistemas de ventilación y calefacción; si está en un edificio público siga las instrucciones del responsable. Preste atención a los comunicados por canales oficiales y no salga al exterior hasta que las autoridades lo comuniquen», decía el mensaje que se iba difundiendo por megafonía. En cuanto al que se remitió a los móviles, podía ser recibido por todos los terminales que en ese momento se localizaban en la zona de desarrollo del simulacro, ya fueran residentes o se encontraran en ella ocasionalmente. Para recibirlos no es necesario registrarse ni descargarse ninguna aplicación, pero sí hay que habilitar en el teléfono el permiso que permite recibir estas alertas. 

Fuerte sonido y texto

El mensaje a los móviles incluía tanto texto como un fuerte pitido que paraba al aceptarlo. «No te asustas porque ya estábamos avisados», apuntó María Sosa, una vecina de Guareña que valoró que este tipo de ejercicios contribuye a que no se produzcan tragedias «como las de Valencia». Con aviso previo y todo, «cuando lo escuchas te entra un poco de escalofrío», reconoció Epi Barrero, quien rememoraba el incendio que se produjo hace más de cuatro décadas en esta misma industria química, cuando aún estaba situada en el casco urbano en lugar de a las afueras de la localidad y «pasamos una noche terrible»

Momento en el que el mensaje de alerta llega a uno de los móviles ubicados en las cercanías del simulacro.

Momento en el que el mensaje de alerta llega a uno de los móviles ubicados en las cercanías del simulacro. / Carlos Gil

«Hay que estar preparados para estas emergencias, que ojalá no pasen, para saber qué tenemos que hacer», señaló José Félix Gómez, otro vecino de este municipio. A Antonia María García la alerta le cogió comprando «y ha aparecido hasta en el datáfono, que la chica de la tienda y yo nos hemos quedado alucinando. Todo lo que estaba escrito, el datáfono lo iba hablando», describió. Eso sí, apuntaba que la megafonía «se ha escuchado más bien poco. Si me hubiese cogido en la cocina no la hubiese oído, pensaba que iba a sonar más fuerte». «El problema es para las personas mayores, que no les llega el mensaje, porque no tienen teléfonos como estos», decía por su parte María Luisa Monago.

Prevención de inundaciones

La Junta de Extremadura ampliará el Sistema de Predicción Inteligente de Inundaciones (SPIDA) con la implantación de catorce nuevas estaciones y una inversión de 25 millones de euros.

Esta es una de las partidas que incluye el proyecto de Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2025, que ayer recibió el visto bueno del Consejo de Gobierno.

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