Torre de Don Miguel recibe la primavera con el fuego ancestral de El Capazo

Torre de Don Miguel ha celebrado este sábado su característica Fiesta de Interés Turístico. 'El Capazo' es uno de los ritos más arcaicos que se conservan en la región y un año más, ha congregado a una multitud de personas en la plaza de la pequeña localidad cacereña, de apenas 500 habitantes. Esta tradición ancestral se celebra siempre el sábado siguiente al Domingo de Resurrección y está integrada en las fiestas en honor a la Virgen de Bienvenida, patrona del pueblo.

Torre de Don Miguel, protagonista de videojuego

El rito lunar y las llamas del roble

La celebración comienza con los mozos del pueblo cortando un roble de unos cinco metros de altura y llevándolo hasta la iglesia, donde se planta frente a la puerta principal. Durante la noche, aparece el maestro de ceremonias, el Camuñas. Este personaje va vestido con piel de cabra, cencerros y el rostro tiznado de negro, evocando a los antiguos molineros. Lidera un recorrido por las calles del pueblo acompañado por mujeres y niños que bailan y cantan al ritmo del tamboril.

El momento culminante ocurre en la plaza, donde se queman las capacetas, unas esteras impregnadas de aceite utilizadas en los molinos para prensar aceitunas. Las mujeres realizan un baile conocido como 'el rito lunar' alrededor del roble, con el objetivo de invocar al sol para que llene la tierra de calor y vida. Conecta directamente con antiguas tradiciones relacionadas con la naturaleza y los ciclos solares. Al finalizar el baile, los capaceros lanzan las capacetas al roble, que finalmente arde en llamas, simbolizando la purificación, el fin del invierno y la bienvenida a la primavera.

Aunque la fiesta ha ido ganando popularidad fuera de la región y cada vez son más los turistas que se desplazan a Torre de Don Miguel para presenciar este espectáculo visual, todavía conserva ese carácter íntimo y rural que lo hace tan especial.

El sopetón

La fiesta también destaca por su gastronomía. El sopetón es uno de los protagonistas del día. Este dulce se elabora con pan tostado impregnado de aceite de oliva caliente y zumo de naranja. Se comparte con todos los asistentes al evento y solo se puede degustar durante esta celebración anual. Es una forma de resaltar la rica herencia aceitera de la región. Además, durante el recorrido que realiza el Camuñas, los bodegueros ofrecen vino y viandas a la comitiva y visitantes en la Ruta por las Bodegas con los afamados caldos de la Sierra de Gata. 

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