La sorprendente (y útil) razón por la cual cada vez más personas recortan sus esponjas

Vajilla, cuartos de baño, paredes, muebles... son múltiples las superficies y objetos con los cuales utilizamos en el hogar las esponjas a la hora de emprender tareas de limpieza. Sin embargo, pese a su gran utilidad, este elemento puede llegar a ser peligroso para nuestra salud. Por ello, a fin de evitar correr riesgos innecesarios, a continuación te contamos la razón por la cual cortar las equinas de tu esponja puede ayudarte a solucionar un problema muy común.

Recientemente, un estudio ha desvelado que la esponja es uno de los objetos más sucios que tenemos en el hogar. De hecho, una de fregar puede llegar a albergar más de 50.000 millones de microorganismos por centímetro cúbico de superficie. Por ello, es muy importante tener cuidado con lo que utilizamos para limpiar nuestros platos, cubiertos y vasos en casa.

Es recomendable desinfectar las esponjas después de cada uso, siendo la mejor manera de hacerlo colocándola en un recipiente con agua fría y meterla en el microondas a máxima potencia. A renglón seguido, la dejaremos reposar tal cual durante, al menos, dos minutos, la sacaremos, escurriremos y dejaremos secar.

Si no tienes microondas, puedes hervir una taza de agua y luego añadir vinagre blanco, mezcla en la cual empaparemos nuestra esponja y dejaremos por unos veinte minutos. Transcurrido ese tiempo, podremos enjuagarla y ponerla a secar.

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¿Por qué el truco de recortarla?

Sabido que la esponja es un gran receptáculo de gérmenes, uno de los mayores errores a cometer es el de utilizar la misma para varios usos. Así, para evitar confusiones, puede resultar de ayuda cortar una esquina.

Con una tijera, podemos hacer un pequeño corte en la esponja que queremos diferenciar de las demás y, así, ya no correremos el riesgo de confundir esponjas destinadas a otros usos. De hecho, utilizar la misma esponja para fregar los platos, limpiar la campana extractora y desinfectar superficies puede llegar a ser muy peligroso para nuestra salud.

En cualquier caso, debemos acordarnos de sustituir las esponjas que utilizamos cada tres semanas. De este modo, conseguiremos el máximo nivel de higiene y calidad de limpieza con su uso.