Opinión | Espectráculos

Matones contra razones

Trump y Zelenski

Trump y Zelenski

El viernes de la semana pasado asistimos, en vivo y en directo, a la humillación de Volodímir Zelenski en el famoso despacho oval, acorralado por el presidente Donald Trump y el vicepresidente J. D. Vance. Ambos se comportaron como dos matones de colegio que atraen con engaños al ingenuo al que van a dar de puñetazos. Zelenski que, con todos sus errores, es el presidente de un país invadido por un agresor que hasta el último momento había negado estar preparando esa invasión, tuvo que ver cómo se le ridiculizaba desde el principio, por cómo iba vestido o por no ser lo bastante agradecido hacia los Estados Unidos. Un agradecimiento que, aparte de haber expresado en muchas ocasiones, debe dirigirse a Joe Biden, y no a Trump, quien días después de la reunión ordenó suspender las entregas de armamento a Ucrania y la ayuda de sus servicios de inteligencia. El chantaje más cruel, pues equivale a dejar vendidos a los ucranianos ante los misiles rusos. Zelenski tuvo que entrar por el aro. Los matones se salieron con la suya.

A Europa le cuesta hacerse a la idea de que Estados Unidos, que acudió a ayudar a los buenos en las dos guerras mundiales, se comporte de repente como el enemigo. También a muchos europeos les parecía imposible que una nación como Alemania, que había dado a la humanidad genios como Kant, Goethe o Beethoven, fuera capaz de los crímenes más horribles, y eso impidió reaccionar a tiempo contra la política criminal de Hitler

Como el futuro depende de tantos imponderables que es impredecible, pretendemos obrar siguiendo las lecciones del pasado, sin atender a las evidencias del presente. A Europa le cuesta hacerse a la idea de que Estados Unidos, que acudió a ayudar a los buenos en las dos guerras mundiales, se comporte de repente como el enemigo. También a muchos europeos les parecía imposible que una nación como Alemania, que había dado a la humanidad genios como Kant, Goethe o Beethoven, fuera capaz de los crímenes más horribles, y eso impidió reaccionar a tiempo contra la política criminal de Hitler.

El reto es enorme pero no imposible: hoy por hoy, la única política razonable consiste en un fomento de la producción armamentística en cooperación europea que hasta puede venir bien a Extremadura: en El Gordo está la fábrica de Rheinmetall, la puntera empresa alemana que es la mayor proveedora del ejército ucraniano

Esta ceguera hacia Estados Unidos es algo menor en España, donde recordamos todas las dictaduras y golpes de estado que apoyaron en Hispanoamérica. Con todo lo improbable que sea, a los europeos no nos quedará, ante la hostilidad de los matones Trump y Vance, que ponernos las pilas y avanzar en una política de defensa común y no solo ante Rusia, sino también ante las injerencias de los Estados Unidos. El reto es enorme pero no imposible: hoy por hoy, la única política razonable consiste en un fomento de la producción armamentística en cooperación europea que hasta puede venir bien a Extremadura: en El Gordo está la fábrica de Rheinmetall, la puntera empresa alemana que es la mayor proveedora del ejército ucraniano.

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