Ambiente festivo

Yuste, un oasis en tiempos convulsos, en el Día de Europa

Cada 9 de mayo, el monasterio de San Jerónimo de Yuste se abre al mundo para acoger la entrega del premio Carlos V

Estudiantes de centros de Cuacos de Yuste, Jaraíz de la Vera, Piornal, Navalmoral de la Mata o Guijo de Santa Bárbara han podido saludar al rey

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Plasencia

El premio Carlos V de este año, Josep Borrell, ha hecho en el monasterio de San Jerónimo de Yuste un esbozo crudo y real de la situación actual en Europa y el mundo, desde la sabiduría y la experiencia de quien es el exalto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, sumada a toda su trayectoria anterior. En ese contexto de guerras y "personajes" como Trump y Putin, de amenazas y retos, Borrell ha hablado del importante papel que jugarán las nuevas generaciones en el futuro de la Unión y de la situación internacional.

Esas nuevas generaciones han estado representadas este viernes a las puertas del monasterio de Cuacos de Yuste al que fue a morir el emperador Carlos V. Decenas de escolares ajenos a las sombras y que convierten la celebración del Día de Europa en este enclave extremeño en un oasis donde lo más importante es ver al rey de España en persona y, con suerte, darle la mano o que te firme la bandera.

Así ha sido la llegada del rey Felipe VI al Monasterio de Yuste

El Periódico Extremadura

Representación escolar

Este año, la representación estudiantil ha sido mayor que nunca porque, colocados tras las vallas, algunos desde las nueve de la mañana, estaban alumnos de Cuacos de Yuste, Jaraíz de la Vera o Guijo de Santa Bárbara, pero también de Navalmoral de la Mata, Piornal y Jarandilla.

La presidenta de la Junta, saludando en Yuste.

La presidenta de la Junta, saludando en Yuste. / TONI GUDIEL

Todos con banderas de España de mano, o con alguna de mayores dimensiones para que se la firmara Felipe VI.

También han acudido este año los s de la Asociación Vera Plena Inclusión de Jaraíz de la Vera, con chapas confeccionadas para la ocasión y ramos hechos en talleres de manualidades.

Saludos y firmas

A todos y cada uno de quienes han esperado pacientemente su llegada les ha saludado su Majestad. No ha dudado en estrechar manos, hacer caricias y estampar su firma. Antes, ya lo habían hecho los más aclamados, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.

La llegada de Felipe VI, entre aclamaciones y vítores, ha dado por finalizada la actividad exterior para que comenzara la interior, el acto de entrega del premio de la Fundación Europea e Iberoamericana de Yuste.

Antes, un estricto control para garantizar la seguridad del , tanto por carretera, como con arcos. Solo podían entrar al recinto los vehículos autorizados, entre ellos, autobuses que trasladaban a invitados y medios de comunicación.

Larga lista de autoridades

La lista de autoridades es interminable. Desde Felipe González y Rodríguez Ibarra a Javier Solana y Marcelino Oreja, pasando por Ramón Jáuregui, la presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Rivera y el ministro Óscar López, delegado y subdelegado del Gobierno, las presidentas de la Asamblea de Extremadura y la Junta, la jefa superior de la Policía Nacional de Extremadura, el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos y cerca de veinte representantes diplomáticos de embajadas europeas y de Iberoamérica, sin olvidar al alcalde de Cuacos de Yuste.

Estudiantes esperando para ver al rey en Yuste.

Estudiantes esperando para ver al rey en Yuste. / TONI GUDIEL

Curiosidades

De lo grande a lo pequeño para abrir una puerta a Europa en un pueblo de poco más de 800 habitantes que, durante un día, pueden ver a los alabarderos de la Guardia Real, al equipo de seguridad del rey, pinganillo incluido y un despliegue inusual de cuerpos y fuerzas de seguridad.

Todo está milimétricamente medido para que la celebración sea perfecta, sin fallos. Un ejemplo, el escenario se montó el pasado domingo y el premio se limpia cada media hora y justo antes de la ceremonia.

Terminada esta, el cocktail para los invitados y regreso a los autobuses para volver a casa, este año, con las palabras de Josep Borrell en la memoria y un aviso, si no queremos que el oasis de Europa desaparezca, "debe hacerse más fuerte".

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