Extremadura diseña una red de alerta para la detección de 'la seca', la pandemia de la dehesa

Los campos extremeños superan los 300 millones de árboles y otros 400 de porte más pequeño, según el Cuarto Inventario Forestal de Extremadura, elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica, que eleva su número respecto a los anteriores estudios. La superficie forestal de la región se compone de diferentes formaciones arboladas, y las dominantes son las dehesas, en las que habita la encina (Quercus ilex) que es el árbol más común, y el alcornoque (Quercus suber), muy numeroso, auténtico motor del sector del corcho, de gran aprovechamiento en la comunidad. Pues bien, el 15% del género Quercus presenta algún tipo de daño por plagas y enfermedades, un porcentaje en el que ‘la seca’ va incrementando su presencia. Se estima que podría afectar ya al 5% de este ecosistema.

Provocada por el hongo microscópico Fitóftora (Phytophthora cinnamomi Rands), constituye una amenaza de primer orden para los encinares y alcornocales. Este patógeno provoca la pudrición de las raíces, y por tanto impide la absorción del agua y de sales minerales del suelo, hasta causar el decaimiento y seca de los árboles. Por tanto, reduce la capacidad productiva y la persistencia de unos ecosistemas muy importantes para la riqueza medioambiental, pero también para el aprovechamiento económico y sostenible de la dehesa.

Detección anticipada

Los investigadores llevan años trabajando en ‘la seca’, pero aún no se han conseguido mejoras sustanciales que logren frenarla. Sin embargo, el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), dependiente de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional, está desarrollando un sistema de alerta para la detección temprana del riesgo de propagación e infección de este patógeno, responsable de la muerte de alcornoques y encinas, en función de las condiciones ambientales del suelo. 

«Se trata de un sistema pionero que recopila datos cruciales de humedad y temperatura del suelo a través de una red de seis estaciones piloto, ubicadas en dehesas colaboradoras de Extremadura», explican desde CICYTEX. Los datos recogidos se comparan en tiempo real con los obtenidos de modelos de la biología del patógeno, lo que permite identificar el momento en el que las condiciones del suelo se vuelven propicias para la producción y dispersión de esporas infectivas. 

El sistema se encuentra actualmente en fase de pruebas, demostrando ya su potencial para proporcionar información valiosa y oportuna. La plataforma en red asociada al sistema muestra los valores actuales de las estaciones de seguimiento y también emite alertas automáticas cuando se detecta el riesgo. Actualmente, los datos revelan que cinco de las seis estaciones piloto han alcanzado las condiciones de temperatura y humedad del suelo compatibles con la dispersión activa del patógeno. 

«Este avance tecnológico representa una herramienta fundamental para la gestión proactiva de enfermedades en sistemas forestales sensibles a Fitóftora, como los alcornocales. La capacidad para conocer los periodos de alto riesgo permitirá a los productores y gestores forestales implementar medidas preventivas en los momentos críticos, disminuyendo los costes del control de la enfermedad, las pérdidas de arbolado y su impacto económico y ecológico», destacan los investigadores de CICYTEX. 

Colaboraciones estratégicas

CICYTEX lleva años trabajando en la optimización y expansión de técnicas orientadas a mejorar la protección de los bosques y dehesas. Para el desarrollo de este sistema, ha contado con la colaboración de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), en el contexto de los proyectos de ámbito nacional denominados Futurecork y Acicork.

Futurecork se presenta como un proyecto transformador, destinado a promover la bioeconomía en el sector corchero. Cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea.

En concreto, esta iniciativa apuesta por fortalecer el sector aumentando la resiliencia del monte alcornocal frente a las amenazas que soporta, dinamizando las zonas rurales en aras a evitar la despoblación, revalorizando la cadena del corcho y dignificando el trabajo forestal.

En paralelo, el proyecto Acicork tiene como objetivo diseñar una estrategia de gestión forestal adaptada al cambio climático y a la cadena de valor del corcho. Para ello, trabaja en el desarrollo y mejora de herramientas innovadoras de gestión forestal, caracterización del corcho y control de la enfermedad de la seca. Está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación y por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.