ALIANZAS DE IZQUIERDAS

Sumar ahonda su crisis tras la pugna con Compromís y avanza en su descomposición de cara a 2027

Los aliados de Sumar asumen que el proyecto supone un "coste electoral" para su propio partido

Yolanda Díaz atiende a los medios junto al resto de ministros de Sumar en diciembre de 2023, tras la ruptura de Podemos.

Yolanda Díaz atiende a los medios junto al resto de ministros de Sumar en diciembre de 2023, tras la ruptura de Podemos. / Alberto Ortega

Madrid

Sumar afronta su enésima crisis y avanza un paso más hacia su descomposición. Sólo han pasado dos años desde que la plataforma de Yolanda Díaz se presentara a las elecciones generales como un paraguas de unidad que aglutinaba a 15 partidos. Poco queda de aquello, después de una cadena de rupturas, errores y pugnas que han conducido al aislamiento de la vicepresidenta segunda de Trabajo, que trata de preservar su liderazgo pero cuya fuerza reside ahora, casi en exclusiva, en el puñado de alianzas que conserva. Unas alianzas que parecen de nuevo tambalearse: Compromís decide este lunes si rompe con Sumar en el Congreso y abandona su grupo parlamentario, como hizo Podemos hace año y medio. Esta salida, de producirse, tendría consecuencias imprevisibles en la coalición de izquierdas y abriría la puerta a otras formaciones territoriales que han dejado de ver a Sumar como un reclamo para asumirlo como un lastre.

La coalición que Sumar presentó ante la Junta Electoral hace ahora dos años, para el 23 de julio, incluía al partido de Díaz, a Podemos, IU, Más País, Más Madrid, Compromís, Drago Canarias, Chunta Aragonesta, Més per Mallorca, Verdes Equo, Alianza Verde, Batzarre, Iniciativa del Pueblo Andaluz e Izquierda Asturiana. Aquella coalición se forjó con un Sumar al alza y Yolanda Díaz liderando las encuestas de popularidad en el Gobierno. Un contexto que obligó a Podemos a firmar un acuerdo que rompió sólo cinco meses después de las elecciones. Y con él, salió también su apéndice ecologista, Alianza Verde, de Juantxo López de Uralde -hoy asesor de Irene Montero en el Parlamento Europeo-.

Unas semanas después tuvo lugar otra salida, la de Drago Canarias, el partido fundado por el exnúmero tres de Podemos, Alberto Rodríguez, que rompió con Sumar entre críticas por sus dinámicas centralistas. Unas críticas que entroncan directamente con las que ahora hace Compromís, que decidirá este lunes sobre su continuidad en el grupo parlamentario de Yolanda Díaz por lo que ven como "falta de respeto" hacia los fuerzas territoriales. La situación saltó por los aires la semana pasada, cuando Sumar desoyó la petición de Compromís de llamar a comparecer al presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en la comisión para investigar la DANA.

"Sumar no puede dar directrices"

Pero la envergadura del choque, apuntan desde el partido valenciano, "va mucho más allá de la comisión" y no radica sólo en el hecho de llamar o no a Sánchez, sino a las formas con las que, denuncian "se impuso" el partido de Yolanda Díaz y les "aplacó". "Sumar no puede dar directrices a Compromís", defienden los valencianistas, que advierten: "Es una enmienda a la totalidad de la relación".

"No pueden decidir por nosotros", resumen. No es la primera vez que la formación valenciana se aparta de Sumar y mantiene posiciones divergentes, pero siempre habían sido posiciones acordadas. Fue el caso del decreto sobre RTVE, cuando los disputados de Compromís salieron del Hemiciclo para no tener que participar en una votación que llegaba horas después de la Dana de Valencia y que el Gobierno mantuvo pese a la suspensión del pleno ordinario.

El caso que ha desatado esta crisis es radicalmente distinto y lo ven como un "punto de inflexión" en la relación con Sumar. Un cambio que algunos relacionan con el cambio de deriva del proyecto de Díaz en los últimos meses, con la salida de algunos perfiles políticos como Iñigo Errejón, Josep Vendrell o Elisabeth Duval. "Ellos se creían la plurinacionalidad", apuntan, para censurar la concepción más "centralista" de la nueva dirección de Movimiento Sumar. El propio Errejón, que dimitió en octubre tras acusaciones de presuntos abusos sexuales, fue uno de los impulsores del Acuerdo de Turia, que vino a ser el germen de la pata territorial de Sumar.

El entonces líder de Más País aunó a partidos de referencia en distintas comunidades autónomas que colaboraron en las autonómicas de mayo de 2023. Gracias a esa alianza, siete fuerzas se incorporaron directamente al proyecto de Yolanda Díaz. Casi la mitad de las fuerzas de Sumar provenían del Acord del Turia: Compromís, Drago Canarias, Més per Mallorca, Chunta Aragonesista, Verdes Equo, Más Madrid y Más País. Después de la salida de Drago y la disolución de Más País en Sumar, algunas voces del grupo parlamentario creen que la eventual ruptura de Compromís podría abrir camino a otras fuerzas de esta alianza.

"Un coste electoral"

Distintas voces del partido valencianista coinciden en que Sumar supone un lastre que les conlleva un "coste electoral para nuestra marca",. El debate está, señalan, en si asumir ese desgaste o proteger la estabilidad del Gobierno, donde Yolanda Díaz quedaría aún más debilitada. Pero los partidarios de romper, como Més, facción mayoritaria de Compromís, dejó claro en su comunicado que apostaba por abandonar Sumar pero que mantendría su apoyo al Ejecutivo.

Entre los partidarios de romper rechazan que el movimiento esté pensado para las generales de 2027. Aseguran que en las europeas del pasado junio "ir con Sumar ya tenía un coste para nosotros". "Ahí ya estaban muertos", apuntan, y es por ello que pidieron el número tres de la lista de las europeas -"tres o res" fue su exigencia (tres o nada)-. Insisten en que ya hace un año existía la "percepción" del pobre resultado electoral que obtendría la coalición de Díaz, después de fiascos electorales previos como el de Galicia o País Vasco.

La cita de las europeas exhibió por primera vez la debilidad de Sumar tras la guerra abierta con Podemos y el desgaste de la vicepresidenta segunda del Gobierno, que abandonó la máxima responsabilidad del partido, Movimiento Sumar, apenas unos meses después de ser elegida en primarias. La falta de liderazgo del proyecto se prolongó diez meses, hasta la elección de los nuevos coordinadores el pasado abril, Lara Hernández y Carlos Martín Urriza.

Un limbo que se alargó por distintas crisis: desde la precipitada salida de Errejón, entonces considerado como el perfil más ideológico del partido; pero sobre todo, la profundísima crisis abierta con Izquierda Unida, que renunció a integrarse en los órganos de Sumar, condenando al proyecto de Yolanda Díaz a ser un partido más, lejos del paraguas de izquierda al que aspiró en un primer momento.

Distanciamiento de aliados

Desde las europeas, la relación de Sumar con el resto de fuerzas aliadas ha cambiado radicalmente. La negociación para las elecciones europeas fue un hito en el declive de Yolanda Díaz y su plataforma. Hasta entonces, IU había sido junto con los Comunes el principal valedor de la vicepresidenta segunda del Gobierno. Pero en las listas electorales, Izquierda Unida quedó relegada al cuarto puesto y por primera vez en su historia no obtuvo escaño en el Parlamento Europeo, tras el mal resultado de aquella cita.

El episodio provocó una profunda crisis con IU, que dejó de ver a Díaz como un referente y pasó a cuestionar su personalismo. A día de hoy, el partido de Antonio Maíllo se esfuerza en diferenciarse y hacer valer su marca, criticando que el partido Sumar promueva una "confusión intencionada" entre el nombre de la coalición de fuerzas y su propio partido, recién alumbrado y, especifican, "el más pequeño de todos". Desde esa posición, advierten, deberá afrontar Yolanda Díaz las próximas negociaciones para las elecciones de 2027.

Aunque su abandono de los cargos del partido iba encaminada a preservar su figura institucional y evitar el desgaste para ser de nuevo candidata a la Presidencia, lo cierto es que en su entorno aseguran que la vicepresidenta aún no ha expresado su voluntad sobre los próximos pasos, y no está claro si optará a la reelección o si dará un paso a un lado. Podemos, que le tiene una guerra declarada, pide su cabeza como condición para participar en una nueva coalición de izquierdas.

La relación entre Díaz e IU, la fuerza estatal más importante de la coalición, no ha logrado reconducirse. En los últimos meses, las tensiones entre IU y Sumar también se han dejado ver, también a cuenta de la posición hacia la subida del gasto militar. Un pulso donde Díaz, extremadamente debilitada, ha terminado cediendo a las tesis de los de Antonio Maíllo y reclamando entre otras cosas la salida de España de la OTAN.

Pero IU no es un caso aislado. Los Comunes de Cataluña, en su última asamblea, tomaron la decisión de remarcar su propia identidad frente a Sumar y evitar la percepción de ser satélites de Yolanda Díaz, después del fiasco de las europeas en el territorio, el único donde Podemos superó a Sumar. En Más Madrid también han insistido en los últimos meses en fortalecer su marca y alejarse de la marca magenta, considerada ya un lastre.

La percepción que existe en el partido madrileño es que el partido de Díaz es en realidad un cascarón vacío que 'rellenan' con iniciativas y planteamientos políticos del resto de fuerzas. Para esto, aprovechan que Movimiento Sumar es el actor que más diputados tiene en el grupo parlamentario, tras diseñar las listas de las últimas generales a medida de la vicepresidenta. En las últimas semanas, Más Madrid ha presentado varias iniciativas en el Congreso con su propia marca y la firma de Compromís, y sin rastro alguno de Sumar.

Podemos, a la espera

En Podemos observan la escena sin ocultar cierta satisfacción, y no dudan en ironizar sobre la descomposición de la coalición de Yolanda Díaz. "La reconstrucción de la izquierda comienza en el Grupo Mixto", bromean estos días, planteando la circunstancia de que los dos diputados de Compromís sigan sus pasos y rompan con Sumar en el Congreso.

En plena guerra declarada hacia Díaz, el partido de Ione Belarra instan a los partidos integrados en Sumar a salirse de la coalición, y han alentado activamente esta ruptura, pidiendo en numerosas ocasiones la salida de Izquierda Unida del Gobierno como condición para alcanzar un acuerdo para las próximas elecciones andaluzas. Fuentes autorizadas del partido creen que la Cumbre de la OTAN que se celebra este mes de junio puede marcar un punto de inflexión.

En esta cita, está previsto que los países se comprometan a alcanzar un 5% del PIB en gasto en defensa. Un compromiso al que creen que se plegará Pedro Sánchez, provocando un paso más en la descomposición de Sumar. "IU se puede salir del Gobierno si eso se cumple. Es un escenario que contemplamos", señalan estas mismas fuentes. Una circunstancia que, de producirse, supondría el entierro definitivo del proyecto de Yolanda Díaz y le dejaría en una comprometidísima situación en el escenario de alianzas.

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