El Cacereño, obligado a remar

Tendrá que remar el Cacereño el domingo en su Príncipe Felipe para remontar el 2-0 que encajó en Ávila. Dos goles en el segundo tiempo marcaron la diferencia para los locales después de que en el primer acto los extremeños pudieron sentenciar el duelo y la eliminatoria. No está todo perdido, pero el cuadro abulense no es mejor. Ni mucho menos. Eso sí: cuánto se echa de menos a Sancho e incluso a Viñuela.

Empezó todo con una jerarquía del C indiscutible. Quién lo hubiera pensado a las nueve de la noche, dos horas después. La tuvo Pau Palacín en el 2 con un lanzamiento tras media vuelta que se encontró con el meta Álvaro. Un milagro que no fuera gol. Merencio, muy poco después, metió de nuevo el miedo en el cuerpo al Ávila.

El ‘sentimiento’ de récord y de sustos en Ávila

La afición del Cacereño, que copaba una preferencia que fue utilizada por última vez en un partido ante el Mérida en 2014 y que fue clausurada durante todos estos años por razones de seguridad, disfrutaba. Joserra y Adri flirtearon después con el 0-1. 

Superioridad del C

Ya iban tres diáfanas a los siete minutos. Era tremendo el ejercicio de hegemonía futbolística visitante. Víctor Valdés, mediático técnico local, se desesperaba ya fuera del banquillo, pero también podía pensar que se había librado de encajar al menos un par de goles. «Están sufriendo», se escuchaba en la grada aficionados locales ante la superioridad, más que evidente, del decano extremeño. Pero Babu inquietaba ya por la derecha con su zurda y su velocidad.

Los abulenses tomaron el mando del balón, pero si pegada alguna. Fue Babu el primero que disparó con intenciones, no con verdadero peligro. Minuto 35, todo parecía controlado. Clausí, a renglón seguido, tuvo la cuarta opción del C en un remate tras córner. Agua.

Se llegaba al final el primer acto con la impresión de que el equipo de Julio Cobos había desaprovechado la opción de ponerse claramente por delante, especialmente en unos espectaculares inicios de la contienda.

Segunda parte

Empezó todo con la misma mecánica que en el primer tiempo, con el Cacereño intimidando desde su presión alta La primera opción real de los visitantes fue de Alberto Martín con un amago de gol tras fallo en la salida del balón de los verdes. Minuto 58 y el C sintió tambalearse. Su gente también.

Le entraron las dudas a los de Julio Cobos y la velocidad local provocó zozobra. Cobos se dio cuenta e introdujo a Salinas y Carrillo por Merencio y Adri Pérez. Sin Sancho ni Viñuela, el Cacereño tiene menos opciones para crear por fuera, una de las señas de identidad del C.

El partido se volvió loco, pero no había goles. Los de Cobos, sin prisas ni urgencias, tenían un resultado óptimo para la vuelta.

El Ávila terminó marcando el 1-0 con un tiro desde fuera de Adilson que rechazó en un defensa del Cacereño para entrar a gol inopinadamente. Golpe de timón al partido y a la eliminatoria.

Salió Pepe Bernal para crear peligro en la estrategia. ‘Avila, Avila’, se escuchaba en la renacida grada abulense. Y también saltó Navas para intentar algo diferente.

El equipo de Víctor Valdés, que se conformaba con el 1-0, lanzó una contra que acabó con penalti diáfano de Sanvi. Fue sobre Mario Rivas, verdugo ante Nieves en el lanzamiento de la pena máxima. Fue el triste epílogo para tarde terrible para el C.

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