Guillermo Antón, del Hotel Barceló de Cáceres: "Hay que cuidar el turismo, no podemos matar la gallina de los huevos de oro"

Inaugurado en plena transformación urbanística, este enclave hotelero ha sido testigo del crecimiento de Cáceres como destino turístico. Al frente desde hace una década, Guillermo Antón Quiza (Bilbao) acaba de recibir en Plasencia el reconocimiento de la Red Mercantil por su notable gestión al frente de este referente en la capital cacereña.

Inicios

Pregunta: El hotel abrió sus puertas coincidiendo con los actos conmemorativos del aniversario del descubrimiento de América, en 1992. Fue una época de explosión urbanística. ¿Qué papel jugó el establecimiento en la transformación que vivió la ciudad en los 90?

Respuesta: Si no recuerdo mal, el hotel lo cogió la empresa Barceló en el año 99. Al principio lo explotó Julio Simo, el constructor, y por lo que tengo entendido, fue uno de los mejores hoteles de la ciudad. Además, creo que se inauguró con motivo del rodaje de una película de Gérard Depardieu, y tuvieron que acelerar la obra para poder filmar. Ya en 2017, bajo mi dirección, la compañía acometió una renovación en la que se invirtieron casi ocho millones de euros. Como todos los hoteles, tiene sus etapas, pero creo que hoy sigue siendo uno de los mejores de Cáceres.

El auge de los ‘free tours’ en Cáceres: el mayor escollo para los guías turísticos

P: ¿Qué le trajo hasta Cáceres?

R: Yo empecé en la empresa en Vitoria en 2003. Por distintas circunstancias, llegué a Cáceres hace diez años como director del hotel, algo de lo que estoy encantado, porque de todos los destinos en los que he estado, Cáceres ha sido el mejor. No solo por el hotel, que es un productazo, sino también por Cáceres y los extremeños, que siempre me han tratado muy bien y son uno de los grandes activos que tiene tanto el hotel como la región.

P: ¿Cómo fue su etapa previa?

R: Casualmente, el primer viaje de novios con mi mujer fue a este hotel. Yo estaba trabajando en Oviedo, y cuando supe que venía como director, me hizo mucha ilusión porque era un hotel al que ya tenía un gran cariño. Es cierto que cuando llegué estaba algo desfasado, pero la compañía ya tenía previsto renovarlo, y tuve la suerte de poder participar activamente en la renovación. Es una etapa de mi vida profesional que guardo con especial cariño.

Entrevista con Guillermo Antón, director del Hotel Barceló V Centenario de Cáceres

Ver galería

Desafíos

P: ¿Cómo surge la oportunidad de coger las riendas del hotel?

R: La compañía ya tenía previsto invertir en el hotel de Cáceres. Lo que ocurre es que siempre hay unos tiempos, sobre todo porque las renovaciones las gestiona nuestro departamento de construcciones, que tiene sus prioridades. Recuerdo que estaba de vacaciones en la playa cuando me llamó mi jefe para decirme que iban a renovar el hotel y que me tenía que preparar. Además, creo que me avisó en septiembre y la reforma empezó en octubre, por lo que fue algo divertido.

P: ¿Cuál ha sido el mayor reto que ha enfrentado desde entonces?

R: Llevo 22 años en continuo cambio, pero, sin duda, uno de los mayores retos fue la pandemia. Ver el hotel cerrado de la noche a la mañana fue un shock importante. Afortunadamente, solo estuvimos cerrados marzo, abril, mayo y parte de junio, y en agosto ya alcanzamos un 70% de ocupación. Fue un cambio muy drástico y, durante el cierre, veníamos todos los días para proteger las instalaciones. Es una época que recuerdo con tristeza.

Características del hotel

P: ¿Qué hace único al hotel frente a la competencia?

R: No sé quién asesoró al constructor, pero la verdad es que el hotel está muy bien hecho. Los espacios, las alturas, los jardines, las dimensiones del hotel, de las habitaciones, la piscina. Me da como vergüenza decirlo, pero me siento muy orgulloso del hotel que dirijo. Creo que los hoteles tienen cuerpo y espíritu, como las personas. Este tiene un gran cuerpo, que sería la estructura del hotel, y un buen espíritu, que sería el personal, algo que hoy en día es difícil de encontrar.

P: ¿Cuál es la ocupación media anual y cómo ha evolucionado en los últimos años?

R: Estamos alcanzando cifras récord, por encima del 77-78% de ocupación anual. Es probable que este año lo superemos si seguimos así. Desde la renovación del hotel, el crecimiento ha sido constante y positivo. También ha ayudado mucho la evolución de la ciudad. Creo que hay un antes y un después de la pandemia: las ciudades de interior salieron reforzadas y el turismo nacional ahora valora más estos destinos.

P: ¿Cuál es el perfil de cliente más habitual?

R: Entre semana, predominan los clientes de empresa; los fines de semana, el perfil es más turístico. En general, tenemos un cliente muy variado: grupos turísticos, de convenciones, de empresa... En verano, la piscina le da un ambiente muy vacacional y se ha convertido en parada y fonda de viajeros que van al sur de España, a Portugal o a la cornisa cantábrica. Ese es nuestro principal cliente.

P: ¿Qué tipo de eventos o actividades corporativas acogen con más frecuencia?

R: Congresos de todo tipo. Ahora, por ejemplo, tenemos uno médico procedente de Ecuador. Pero también hay de abogados, es de fincas, de caza... Es un hotel con un tipo de cliente muy diverso, lo que nos da versatilidad y estabilidad a lo largo del año.

Turismo

P: ¿Qué impacto tienen eventos como Womad o la Feria de San Fernando en las reservas?

R: El Womad tiene un gran impacto. La feria, al ser más local, no tanto. Por ejemplo, el fin de semana de Horteralia es muy potente para nosotros: subimos el precio medio y llenamos el hotel igual o incluso más que en el Womad.

P: ¿Qué demandan principalmente los turistas?

R: Un poco de todo. En verano, lo más demandado es la piscina. El turista español valora mucho la gastronomía. Tenemos visitantes que vienen a pescar, a ver aves, a disfrutar de la naturaleza o del patrimonio histórico. Lo bueno del hotel es que, al no estar en el centro, funciona muy bien como base para visitar Mérida, Trujillo, Plasencia o el Jerte. Muchas personas vienen tres o cuatro días y lo usan como punto de partida para conocer otras zonas de la región.

P: ¿Cómo se ha adaptado el hotel a las nuevas tendencias, como la digitalización o la sostenibilidad?

R: En la compañía Barceló llevamos la digitalización en el ADN. Todos nuestros procesos están casi 100% digitalizados. La sostenibilidad también es uno de los puntos clave. Ahora todos los hoteles deben cumplir con estándares de ahorro energético y estamos desarrollando un certificado propio, por lo que nuestra apuesta es muy grande.

P: ¿Cómo valora el papel de Cáceres como destino turístico en el panorama nacional e internacional?

R: Aún tiene recorrido. Creo que se han hecho las cosas bien, es un destino maduro que puede seguir creciendo. Apostaría por organizar más eventos, conciertos y actividades que atraigan al visitante. Es un producto cada vez más conocido en el mercado español, aunque todavía le cuesta llegar al extranjero, sobre todo por las comunicaciones, que es actualmente el gran reto que tenemos.

P: ¿Cómo ve el futuro del sector hotelero en la ciudad?

R: Muy potente. La entrada del Hilton va a suponer un valor añadido, pero hay que evitar la masificación del turismo. Lo que no podemos hacer es matar la gallina de los huevos de oro. Es fundamental no pasarnos y saber cuidarlo.

Tejido empresarial

P: ¿Qué relación mantiene el hotel con el tejido empresarial y social de Cáceres?

R: La relación es total. Al menos, lo intento. Desde que llegué, entendí que el anterior director había hecho un gran trabajo, y sentí que debía mantenerlo y mejorarlo. No debemos olvidar que estamos al servicio de la ciudad, de los ciudadanos, las instituciones y los sectores públicos. Siempre he intentado estar presente y colaborar, apoyar asociaciones y hacer saber que el hotel está para ayudar.

P: ¿Qué importancia tiene pertenecer a la cadena Barceló?

R: Toda. Ya no concibo el hotel sin la compañía. Todo está unido y va al unísono.

P: ¿Qué valores considera fundamentales para dirigir un equipo en hostelería?

R: Sinceridad, respeto y valorar el trabajo bien hecho. Tuve un jefe que decía: “cariño al cuadrado”. La hostelería es un sector muy sacrificado, y tengo la suerte de contar con un equipo increíble, que lleva en el hotel casi desde el principio y lo sienten como suyo. Eso es muy difícil de encontrar. Estamos siempre en el top 10 de satisfacción dentro de los 200 hoteles de la cadena, y eso no es solo por las instalaciones, sino sobre todo por el personal. Eso viene de raza, ya que es un hotel con espíritu de servicio, y yo lo único que he hecho es no estropearlo.

Reconocimiento

P: Como director del hotel, el pasado 23 de mayo recibió el galardón por parte de la Red Mercantil de Cáceres, en la gala empresarial por excelencia de la provincia. ¿Cómo recibió la noticia?

R: Fue una sorpresa. Estaba en el evento y no me imaginaba que nos iban a dar el premio. Cuando empezó a sonar la canción de ‘Hotel California’, empecé a intuir que quizás tendría que dar un pequeño discurso… y así fue.

P: ¿Qué supone este reconocimiento?

R: Un orgullo enorme y una gran satisfacción. Después de diez años, puedo decir que quiero mucho a mi hotel y me siento muy satisfecho de mi paso por Cáceres. Esta ciudad es ya parte importante de mi vida. Mi hijo nació aquí y eso me hace muy feliz. No sé cuánto tiempo me queda aquí, pero llevaré esta región siempre en mi corazón.

P: ¿Hay alguien a quien quiera dedicar el premio?

R: Al personal del hotel, que son los que realmente se lo merecen. Yo soy la cara visible, pero el mayor activo y el verdadero valor del hotel es su equipo.