«cáceres es uno de los pocos lugares donde puedes dormir tranquilo con las puerta abiertas», dice

Tony's, el de los bocatas de Gómez Becerra en Cáceres, se jubila

Antonio Rojo Lema ha regentado durante siete años la célebre bocatería

Se marcha, pero su mujer se ocupará ahora del negocio

Tony. El argentino posa en la barra de Tony’s Bocatas, su negocio de Gómez Becerra.

Tony. El argentino posa en la barra de Tony’s Bocatas, su negocio de Gómez Becerra. / Sergio Vela

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Cáceres

Antonio Rojo Lema, al que todos llaman Tony, nació en A Coruña pero en los años de la emigración (él con tres o cuatro meses), su familia se marchó a Argentina y allí, en Buenos Aires capital, Tony creció en una familia de 10 hermanos (tres han fallecido; él es el pequeño). Su padre trabajaba en el ayuntamiento, lo que los argentinos conocen como municipalía, y su madre era ama de casa. Estudió la Primaria y luego ejerció en un taller de chapa y pintura. Como el destino es caprichoso, ocurrió que casualmente uno de sus clientes tenía un negocio en la calle Pintores, Remo Heladería.

Tony esta mañana en su bar.

Tony esta mañana en su bar. / Sergio Vela

Corría entonces el año 2002 y Tony necesitaba un cambio vital. Como tenía la nacionalidad española, no lo dudó y se vino a Cáceres. Aquí conoció a su mujer, Mirna Edit Salomón Bazán, que también es argentina, de capital Buenos Aires, y que un tiempo antes también se trasladó desde su país a trabajar a Remo.

El dueño del negocio abrió una sucursal en Burgos, y la pareja se marchó allí, para luego regresar al Bocata’s de Pintores, hasta que en enero de 2016 se enteraron de que la bocatería de Gómez Becerra había cerrado. En abril de hace siete años iniciaron juntos una nueva aventura gastronómica: Tony’s Bocatas.

«Levantamos los desayunos y conseguimos hacer de todo esto una gran familia. Nuestros clientes son nuestros amigos», asegura

Dormir tranquilo

Ahora Tony, con 66 años que no aparenta, se jubila. El negocio lo llevará su mujer. En el momento del adiós sólo tiene palabras de agradecimiento: «Cáceres es uno de lo pocos lugares donde puedes dormir tranquilo con las puertas abiertas», dice. «Es una ciudad que enamora», añade mientras atiende una barra llena de empleados de la Seguridad Social, de los bancos, abogados, estudiantes, docentes del Centro de Profesores y de la Escuela de Idiomas... El Periódico Extremadura no falta en su oferta, ni las banderas del Madrid y el Boca Juniors («Acá soy del Madrid, allá del Boca», confiesa). Y, cómo no, sus célebres bocatas Capitán y Gigante, o su ali oli (de receta propia, que es una delicia en el paladar), o sus platos combinados... Todos productos de proximidad. «Siempre le digo al cliente: Lo importante no es que vengas sino que vuelvas».

En la bocatería.

En la bocatería. / Sergio Vela

Y en ese empeño Tony ha conseguido fidelidad, tanta que desde la apertura del bar realiza sorteos: microondas, parrillas o la freidora de aire que sortea para el día 27.

Con una plantilla de tres personas a diario y cinco los fines de semana, Tony cierra su etapa aunque Tony’s continúa. «El campo, el fútbol y los autos son mis aficiones. Descansaré y me mandarán hacer las cosas de la casa», concluye con ese sentido del humor y buen hacer que le ha dado fama y gracias al que sus bocatas son una referencia.

Tony, ’ che’, Cáceres te echará de menos. 

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