Cayumas friulanes: Las zapatillas españolas de moda que seducen a Carolina de Mónaco y otras celebrities

Todo empezó, como las grandes historias de amor, con un flechazo. Corría 2010 y Ana Cerrato paseaba por Venecia junto a su marido, Borja de Madariaga. Allí, entre canales y góndolas, descubrió las friulanes, esas zapatillas planas de terciopelo o tela que los gondoleros hicieron icónicas. Fue una revelación. "Son tan cómodas y versátiles que mucho antes de tener mi propia firma ya no quería ponerme otra cosa", confiesa Cerrato. Su zapatero, otrora ecléctico, se rindió al minimalismo: unos cuantos pares de venecianas de colores, deportivas, botas de agua y, solo para lo imprescindible, unos tacones arrinconados.

Ese idilio personal con la elegante comodidad veneciana fue el germen de Cayumas, la firma que fundó en 2020 y cuyo nombre es un tierno acrónimo de Cayetano y Uma, dos de sus cinco hijos. Lo que nació como una pasión se convirtió en una marca con vocación internacional, decidida a compartir esa sensación de "elegancia confortable" con todo el mundo. Y vaya si lo ha conseguido.

Elegancia atemporal y versatilidad camaleónica

Las Cayumas, herederas directas de ese calzado con raíces en el campo véneto del siglo XVIII y adoptado después por nobles y dandis, han conquistado armarios sofisticados en todas partes. Su secreto reside en una alquimia perfecta de elegancia atemporal y versatilidad camaleónica. "Las puedes llevar de día o de noche, con vaqueros, falda, traje o en la playa", explica Cerrato sobre un calzado que desafía estaciones y códigos de vestimenta.

"Era el calzado que se ponían las mujeres pobres de Friuli para ir a hacer de aguadoras a Venecia", comenta exultante, "luego se 'apoderaron' de ellas los gondoleros y más tarde, el Comune di Venezia les cedió una pequeña tienda al lado del puente de Rialto", añade esta madrileña de 46 años dedicada en cuerpo y alma a diseñar todo tipo de friulanes para garantizar a su clientela elegancia y comodidad.

La bandera de la autenticidad

Pero en un mercado donde proliferan imitaciones –esas 'falsas friulane' que a menudo sacrifican la esencia por el precio, como se ve en otras conocidas propuestas con suelas más rígidas y construcciones con poliéster y pegamentos–, Cayumas enarbola la bandera de la autenticidad. "Nuestra divisa ha sido, es y será calidad y artesanía", sentencia Cerrato.

La producción se mantiene innegociablemente en Friuli, al norte de Venecia, cuna histórica de este calzado. Allí, de la mano de un artesano cuya identidad guarda con celo bajo llave, se produce el milagro de las cayumas. Cada par se confecciona a mano, (3.000 al mes), siguiendo métodos ancestrales, con la característica suela cosida y flexible, hecha incluso reciclando ruedas de bicicleta, en un guiño a la sostenibilidad que impregna la marca.

El ADN de Cayumas brilla también en los detalles. Cerrato no se conformó con replicar; quiso elevar. Tomó la humilde friulane y la vistió de seda salvaje asiática, terciopelo italiano. lino belga y forros con estampados Liberty o block print de la India. Las hebillas, libres de níquel, y cada costura, hablan de un lujo discreto, de transformar lo modesto en "exquisito".

Su lanzamiento, en plena pandemia de 2020, fue una "locura maravillosa". Tras regresar de Friuli justo antes del cierre de fronteras y con el taller parado, las primeras clientas fueron un círculo cercano: las madres del colegio de sus hijos en Ibiza. Pero pronto se amplió el reconocimiento. Un "golpe de suerte" llamado Gala González (con 1,7 millones de seguidores frente a los 500 iniciales de Cayumas) fue el pistoletazo de salida. Le siguieron Belén Hostalet, Aerin Lauder y una lista que hoy incluye nombres como Carolina de Mónaco, Beatrice Borromeo, Sassa de Osma, Amelia Windsor, Katie Holmes, Kelly Rutherford o Tamara Falcó. La colaboración con Leandra Medine Cohen, icono de estilo global, supuso el "despegue absoluto en Estados Unidos".

Nuevos proyectos con la marca Cayumas

Mantener la filosofía slow en medio del torbellino y con planes de duplicar el crecimiento respecto a 2024 es el gran reto. "Crear equipo y seguir yendo despacio es muy difícil", ite Cerrato. Sin embargo, el plan no se detiene. Este año, Cayumas se adentra en el universo beauty para crear una colección de perfumes y velas de la mano del prestigioso 'nariz' Fabrice Pellegrin.

Al mismo tiempo, Ana Cerrato se ha sumado con Schweppes a la ola de frescura del buen tiempo con una colección vibrante, inspirada directamente en la energía de los tonos cítricos y en sintonía con los icónicos refrescos de Schweppes.

La propuesta se centra en unas friulane de un amarillo limón radiante y un naranja intenso, creando una línea fresca, divertida y sofisticada que celebra el espíritu del verano. Más allá del color, es una invitación a la vitalidad y autenticidad de un estilo de vida que sabe disfrutar con elegancia.

Una expansión que consolida a Cayumas no solo como una firma de calzado de culto, sino también como un emergente referente de lifestyle donde la artesanía y la elegancia pausada marcan el paso. ¿El próximo hito soñado? Ver a la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía calzando sus Cayumas en los veranos mallorquines. El flechazo veneciano sigue dando frutos.