El renacer del horóscopo: por qué los jóvenes han vuelto a creer en los astros

Hubo un tiempo en el que el horóscopo parecía cosa de las revistas de los años 90, de las tías que te leían la suerte en las reuniones familiares o de los espacios televisivos que comenzaban más allá de las doce. Pero, de un tiempo a esta parte, los astros han vuelto a alinear su influjo sobre la generación más digital de la historia. Sí, los jóvenes han vuelto a mirar al cielo para buscar respuestas. ¿Por qué está pasando esto?

Astrología y redes sociales: el match perfecto

El resurgir del horóscopo no es casualidad. Las redes sociales han sido el caldo de cultivo ideal para su vuelta. TikTok e Instagram están llenos de cuentas dedicadas a analizar cada tránsito planetario, desmenuzar la compatibilidad entre signos y hasta lanzar memes astrológicos que nos hacen reír (o llorar) con lo certeros que son.

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Los hilos de Twitter desgranando los efectos de Mercurio retrógrado, los vídeos de TikTok explicando qué significa tener la Luna en Escorpio o los reels de Instagram sobre la compatibilidad amorosa según el signo han conquistado a una nueva audiencia. Y es que la astrología ha sabido adaptarse al lenguaje digital y al ansia de los jóvenes por entenderse mejor a sí mismos.

Los "Donettes Horóscopo" y la normalización de la astrología pop

Un ejemplo clarísimo de cómo el horóscopo ha vuelto con fuerza es el reciente lanzamiento de los "Donettes Horóscopo". Sí, esos caprichos de chocolate ahora vienen con mensajes astrológicos para hacer que cada bocado tenga un poco más de magia cósmica. Y lo mejor es que no han sido los únicos: marcas de ropa, joyería e incluso aplicaciones de citas han incorporado la astrología como parte de su branding para conectar con una audiencia que quiere saber si su crush de Tinder y su ascendente encajan de verdad.

¿Por qué volvemos a creer en el horóscopo?

En un mundo incierto, la astrología nos da un respiro. Los jóvenes viven en un contexto donde la estabilidad es un lujo (crisis climática, trabajos precarios, incertidumbre económica), y el horóscopo ofrece una estructura, una explicación, un porqué de lo que nos pasa. No se trata de creer ciegamente, sino de encontrar una narrativa que nos ayude a gestionar el caos del día a día.

Además, la astrología ha dejado de verse como una cuestión determinista: ahora se usa más como una herramienta de autoconocimiento. No es "soy Aries y por eso grito", sino "como soy Aries, tal vez deba trabajar mi impulsividad". Es una manera de reflexionar sobre nuestra personalidad de forma divertida y sin demasiadas reglas estrictas.

¿Moda pasajera o vuelta definitiva?

Si bien es posible que en unos años otra tendencia ocupe su lugar, la astrología lleva miles de años reinventándose. Y mientras siga habiendo memes que nos hagan conectar con nuestro símbolo zodiacal, aplicaciones que nos manden notificaciones cósmicas y productos que conviertan nuestra carta astral en una experiencia de marketing, parece que el horóscopo seguirá siendo una de esas creencias que, de una forma u otra, nunca desaparece del todo.