Asturias

Dimite la consejera de Educación de Asturias, Lydia Espina, tras la movilización de los profesores

"Los acontecimientos han supuesto para mí un enorme desgaste emocional y personal que ha llegado a su límite", confiesa en su carta de dimisión al Presidente

La consejera de Educación, Lydia Espina, durante su intervención en la Junta.

La consejera de Educación, Lydia Espina, durante su intervención en la Junta. / J.L.Cereijido / EFE

E. M. Ch.

Menos de 24 horas después de la histórica y masiva movilización de la educación pública en Asturias, la consejera de Educación, Lydia Espina, presentó este lunes a primera hora su dimisión "irrevocable" al presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón. Espina da el paso, además, tras dos semanas convulsas en la enseñanza asturiana, en pleno conflicto que estalló debido a la decisión de ampliar una hora más la presencia de los estudiantes en las aulas en junio y septiembre para ofrecerles el servicio de comedor, hasta ahora inexistente esos meses. Eso encendió el ánimo de los profesores, que acumulan años de quejas y reclamaciones y desembocó en una unión sindical que no se veía desde hace años y que sacó este domingo a las calles de Oviedo a miles de profesionales.

Espina tenía que reunirse esta tarde con los representantes sindicales, pero no lo hará. Esta maestra de profesión -algo que los profesores utilizaron estos días para echarle en cara su falta de empatía con sus antiguos compañeros- se va porque considera que "los ataques han traspasado los límites de lo racional" y han impedido "cualquier posibilidad de diálogo".

Así lo expone en la carta que hace pública tras la gran manifestación de profesores en las calles de Oviedo del domingo y que remite a Adrián Barbón, si bien el Presidente del Principado está ausente estos días, y ha delegado en la vicepresidenta Gimena Llamedo. Precisamente ésta iba a presidir la reunión del Consejo de Gobierno este mismo lunes a primera hora, un acto que fue anulado sobre la marcha.

Lydia Espina esgrime el "desgaste emocional y personal" que ha acumulado en las últimas semanas: "Ha llegado a su límite". Y ite: "En estas circunstancias creo que no puedo ser parte de una solución que, estoy convencida, terminará por alcanzarse".

La FSA había apelado al domingo al diálogo para encauzar la situación, un diálogo que Espina no se ve en condiciones de llevar a cabo. La oposición y también IU, socio de gobierno del PSOE, han criticado -en mayor o menor medida- la postura de la Consejera de Educación y su falta de predisposición a arreglar el conflicto. También fue cuestionado su papel en los últimos días, después de que hace una semana, el Presidente del Principado anunciara por sopresa en la Junta la marcha atrás en la decisión de aplicar una hora lectiva de más para los profesores en junio y septiembre -lo que hizo estallar finalmente el conflicto-, una decisión que muchos entendieron que se tomó al margen de Lydia Espina.

"Sin duda he cometido errores, como los comete cualquier ser humano. Pero también sé que nunca he tomado una decisión para agraviar ni despreciar a nadie. Todas y cada una han tenido como objetivo reforzar un sistema educativo que potenciara las capacidades de todo el alumnado, atendiendo también a su bienestar emocional, acompañando a las familias y a los docentes y respondiendo a las necesidades de la sociedad asturiana. Espero que cuando cese el ruido, se pueda reconocer todo el trabajo que hemos desarrollado", expone la dirigente en su carta, cuyo contenido íntegro se reproduce a continuación.

La carta íntegra de Lydia Espina al Presidente del Principado, Adrián Barbón

Estimado presidente:

A través de estas líneas te traslado mi decisión irrevocable de dimitir como consejera de Educación del Gobierno de Principado de Asturias.

Cuando asumí la responsabilidad de estar al frente de la Consejería de Educación, lo hice convencida de la necesidad de trabajar sin descanso comprometida con el objetivo de lograr un sistema educativo asturiano mejor, más inclusivo, con más calidad, equitativo y para todo el alumnado. Como docente siempre he sido muy consciente de las enormes expectativas y de la confianza que la sociedad asturiana tiene depositada en la educación pública. Hoy vuelvo a tenerlo presente al tomar esta decisión.

Honestamente tengo que decir que los acontecimientos que se han venido desarrollando en las últimas semanas han supuesto para mí un enorme desgaste emocional y personal que ha llegado a su límite. Siento que el ruido y los ataques han traspasado los límites de lo racional y lo político, llegando a lo personal. Y se han impuesto a cualquier posibilidad de diálogo desde el respeto que todos y todas merecemos. Esto es algo que resulta imprescindible para avanzar en pro de ese objetivo común que es mejorar la educación pública.

Así estoy viviendo esta situación y en estas circunstancias creo que no puedo ser parte de una solución que, estoy convencida, terminará por alcanzarse.

Con el corazón en la mano debo decirte que siempre he creído y considero que en todas las facetas de la vida hay que actuar desde la empatía y el respeto a todas las personas. Desde la humanidad, en definitiva.

Escribo esta carta con una enorme tristeza, pero también desde la esperanza. A lo largo de toda mi carrera profesional como maestra he visto cómo se fortalecía nuestro sistema educativo y me he sentido parte de ese proceso. Nuestra escuela pública es el patrimonio más valioso que tenemos los asturianos y las asturianas. Estoy convencida de ello. Y estoy orgullosa porque lo hemos construido entre todos y todas, por encima de cualquier interés particular por muy legítimo que fuera, pensando siempre en sus destinatarios finales: nuestros niños y niñas, nuestros jóvenes.

Por eso me preocupa que este conflicto acabe deteriorando la confianza y la percepción de la sociedad asturiana sobre la educación pública. Es importante que recordemos que es un sistema que está en la actualidad a la cabeza de todas las evaluaciones nacionales e internacionales, no sólo en éxito académico sino también por su equidad.

Sin duda he cometido errores, como los comete cualquier ser humano. Pero también sé que nunca he tomado una decisión para agraviar ni despreciar a nadie. Todas y cada una han tenido como objetivo reforzar un sistema educativo que potenciara las capacidades de todo el alumnado, atendiendo también a su bienestar emocional, acompañando a las familias y a los docentes y respondiendo a las necesidades de la sociedad asturiana. Espero que cuando cese el ruido, se pueda reconocer todo el trabajo que hemos desarrollado. 

También me gustaría tener unas palabras para mi equipo, para las personas que en estos años me han acompañado en esta emocionante experiencia, con las que he trabajado codo a codo y compartido ideales. Su apoyo ha sido inestimable. Sin ellas no hubiera podido asumir esta gestión. Del mismo modo, que no lo hubiera podido hacer sin la complicidad, la paciencia y el respaldo de mi familia.

Termino ya, presidente, agradeciéndote la confianza depositada en mí todos estos años. Estoy segura, conociéndote como he llegado a hacerlo en estos años, que entenderás estas razones que te estoy intentado trasladar hablándote desde el corazón y la convicción.

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