ANÁLISIS

Metanol, otra oportunidad verde para Extremadura

Santiago Rodríguez, CEO de Ingenostrum

Santiago Rodríguez, CEO de Ingenostrum / EL PERIÓDICO

Santiago Rodríguez Agúndez *

Los barcos con motores de vapor que cruzaban el océano desde finales del siglo XVIII no utilizaban madera para sus máquinas, sin tener en cuenta otros factores, porque la madera habría ocupado 2,5 veces más el volumen del carbón que requería una travesía transatlántica. Además, habría sido como mínimo un 50% más pesado y habría reducido la capacidad del barco para transportar personas o mercancías. Si hablamos de otro modo de transporte, el aéreo, en este caso el carbón no habría sido una alternativa, no por la diferencia de densidades, como ocurría en los barcos de vapor, sino porque el carbón no podría fluir de los depósitos situados en las alas hasta los motores. Las ventajas de los combustibles líquidos van mucho más allá de su densidad energética. A diferencia del carbón, el petróleo crudo es mucho más fácil de producir. No requiere enviar a los mineros bajo tierra, ni mutilar paisajes con grandes canteras y es más fácil de almacenar en depósitos o bajo tierra.

Extremadura puede abanderar la producción de este vector energético puesto que cuenta con la mayor producción de energía renovable del país.

Extremadura puede abanderar la producción de este vector energético puesto que cuenta con la mayor producción de energía renovable del país. / EL PERIÓDICO

Pero hablemos de futuro, de nuevos vectores que están irrumpiendo con fuerza en el panorama energético y que pueden marcar el paso de la descarbonización industrial que nos exige Europa. Hablemos de metanol verde, pero desde la sensatez. Debemos tener en cuenta el periodo de maduración que necesitan tanto las investigaciones en nuevos combustibles como los periodos de adaptación que necesitarán obligatoriamente todos los sectores. A día de hoy todas las industrias siguen siendo, y permítanme que utilice este término, ‘petróleodependientes’. Por desgracia la transición energética o es sostenible en términos económicos, o no será.

En la actualidad la producción de metanol verde requiere una cantidad alta de energía. Para tener una tonelada de metanol verde necesitamos en la molécula final 1,4 toneladas de CO₂ (la extracción, almacenamiento y transporte también consume energía) y 0,18 toneladas de hidrógeno verde (H2 verde). Para producir una tonelada de H2 verde necesitamos 55 MWh de electricidad verde; y la pregunta que inevitablemente se hace la industria es ¿cuánto petróleo se ha gastado para fabricar esa turbina y construir ese parque eólico?, pues la suma final son 9,9 MWh de electricidad por tonelada de metanol verde. Dato curioso, el consumo medio anual eléctrico de una vivienda tipo en España es precisamente 9,9 MWh.

A día de hoy el petróleo se puede almacenar y distribuir de una manera relativamente sencilla a través de petroleros u oleoductos que facilitan su llegada a los puntos de demanda. Pero además resulta que del petróleo crudo en el proceso de refinado no sólo obtenemos combustibles específicos como la gasolina o el fuel óleo, sino que se generan otros productos como lubricantes o el asfalto.

El mayor consumidor de lubricantes es el sector de la automoción que en España representa el 10% del PIB y es el responsable del 18% de las exportaciones de nuestro país. También son consumidoras la industria textil o la química. En el caso del asfalto, cuya producción global, está en el orden de las 100 megatoneladas, el 85% se dedica a la pavimentación y el resto casi en su totalidad al aislamiento de tejados. Los hidrocarburos aún tienen otro uso indispensable más allá del combustible, ya que son las materias primas para la síntesis de numerosas sustancias químicas, como el etanol, el propano y el butano a partir de líquidos del gas natural que producen gran variedad de fibras sintéticas, resinas, adhesivos, tintes, detergentes o pesticidas entre otros.

Con todas estas aplicaciones directamente ligadas a las industrias y a todas las economías a nivel mundiales previsible, de hecho, inevitable, que a día de hoy seamos cautivos del petróleo.

Nosotros, que nos dedicamos al fomento de las energías verdes y desarrollamos proyectos de ingeniería con una clara orientación a la sostenibilidad, no obviamos la dependencia del crudo y sabemos que la clave radica en analizar los datos entre la producción de metanol verde y el petróleo con una visión a largo plazo, porque no sólo hablamos de este último como un combustible altamente contaminante, sino que es muy importante entender que si el 70% de la población mundial viviera con el gasto energético per cápita de los países de la OCDE no habría petróleo nada más que para 25 años. 

La primera fase de la descarbonización debe pasar por la eficiencia, es decir, optimizar al máximo los recursos renovables con los que contamos a día de hoy e intentar reducir progresivamente el consumo de energías origen fósil. Estos planes estratégicos deben tener un consenso internacional y contar con un marco regulatorio claro que no genere incertidumbre a ninguno de los agentes que formarán parte activa de este cambio de paradigma energético e industrial. No se puede dar ningún paso en falso, no se puede resentir ninguna economía. El éxito radicará en una transformación ordenada.

Las grandes compañías han sido y serán siempre las que primero podrán adaptar y adoptar medidas transformadoras en sus cadenas de valor, y hablando de energía, que es el caso que nos ocupa, se me viene a la cabeza el anuncio de una gran naviera internacional, que ha decido que sus barcos en el año 2040 hayan sustituido el consumo de sus 10 millones de toneladas por año de gasóleo marítimo por metanol. Señores, esto en términos de evolución energética, está a la vuelta de la esquina. 

El reto no es baladí. Para que la naviera logre su objetivo, la energía consumida para producir la cantidad de metanol verde que sustituya su gasóleo marítimo ascenderá a 221.760 GWh por año, y aquí viene el escalofrío, España consumió en todo el año 2022 250.41 GWh. Una sola naviera consumiría lo mismo que todo un país industrializado en un año tipo, sin añadir la electricidad indirecta consumida en todo el proceso, como puede ser la necesaria en la extracción de las materias primas, la fabricación, el transporte, el almacenaje o bunkering del metanol hasta los barcos. 

Otra comparativa que llama la atención es, por ejemplo, descifrar que la energía eléctrica que necesitará esta naviera sería el equivalente a 110.800 MW de plantas fotovoltaicas, si la superficie necesaria para producir un MW es de 3 hectáreas estaríamos hablando de la necesidad de ocupar una superficie de 332.400 ha. Para que lo visualicen, 332.400 campos de fútbol. Nadie ha dicho que descarbonizar a corto plazo sea barato, pero tampoco es imposible. 

Si el mundo del transporte marítimo ya va por aquí, lo relevante es la oportunidad que de nuevo brindan las energías renovables a Extremadura. Si para producir metanol verde necesitamos fuentes de energía renovables e hidrógeno verde, nuestra comunidad puede abanderar la producción de este vector energético porque contamos con la mayor producción de energía renovable de nuestro país y tenemos dos provincias donde contamos con suelos aptos para la instalación de este tipo de industria. 

La construcción de una planta de metanol verde en Extremadura con capacidad para producir 1.000.000 tpa (toneladas por año), si tuviéramos disponibles el 1.200.000 tpa de CO₂ capturado necesario, facturaría alrededor de 800 M€ anuales, a esto habría que sumarle impuestos como el ICIO y el IAE que dejarían más ingresos en nuestra Comunidad y sería capaz de crear más de 600 puestos de trabajo cualificados.

Si ciertamente el metanol verde puede atraer inversiones millonarias, ni los extremeños ni nuestros gobernantes podemos dejar pasar esta oportunidad.

* Santiago Rodríguez Agúndez

CEO DE INGENOSTRUM

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