Opinión

Ayuso vuelve a suplantar a Feijóo

Isabel Ayuso en la Conferencia de Presidentes

Isabel Ayuso en la Conferencia de Presidentes

Carece de interés conocer el impacto del ansia desbocada de protagonismo de Isabel Díaz Ayuso, sobre las personas que nunca han votado ni votarán a la presidenta provincial de Madrid. La triste experiencia predictiva en las elecciones estadounidenses obliga a preguntarse qué opinan los votantes del PP madrileño y limítrofes, sobre el exabrupto constante en que habita la candidata mejor situada en las encuestas para la presidencia del Gobierno. Como mínimo, consolidó al electorado en su feudo, además de suplantar de nuevo y sin sonrojo el papel que en su partido corresponde en exclusiva a Núñez Feijóo.

Ayuso ha dado otra exhibición de trumpismo frente a sus colegas regionales, reducidos a meros comparsas del frenesí de la presidenta hiperactiva. Aunque ha tragado el ricino de su correligionaria balear Marga Prohens arrancándose en catalán, ha diversificado su intervención hacia la amnistía a los líderes del ‘procés’. Trátase de un asunto sin duda fundamental en su comunidad, por encima de vivienda y salud. Su intención no se limitaba a humillar con soberbia a sus colegas de ámbito limitado. Estaba escenificando la evidencia de que es la número uno del PP, a falta de definir la numeración de Feijóo tras otro mal trago.

El titular masivo de la conferencia de presidentes regionales remite a la discusión de la convocatoria de elecciones generales, un calendario ajeno al o diario de los poderes de proximidad con la población.

En otro foro llamado Congreso, el PP dispone del mecanismo de la moción de censura para acelerar el tránsito en La Moncloa, pero Feijóo pretende que el propio Sánchez se autocensure y facilite su liquidación. El absentismo lindante con la desgana que caracteriza al teórico número uno del PP contrasta con la hiperactividad de Ayuso, siempre al borde de la mala educación. Ante el Rey y su primer ministro, la presidenta provincial que no figura ni entre las veinte autoridades principales del Estado asumió un protagonismo impropio incluso de una candidata a las generales, solo le faltó pegarse con una ministra. Ayuso se comporta ya como si mañana se mudara a La Moncloa.

Tracking Pixel Contents