El incensario

Sábado de nostalgia

Las imágenes del Santo Entierro de Mérida

Las imágenes del Santo Entierro de Mérida / Javier Cintas

Mario Hernández

Mario Hernández

Mérida

Sábado Santo de silencio, de espera, de comenzar a repensar en lo vivido hasta esta última madrugada en la que el Santísimo Cristo de la O ha presidido su Vía Crucis en el Anfiteatro.

Sábado de sentimientos encontrados. Todo se ha acabado sabiendo que lo mejor llegará mañana cuando el Resucitado vuelva a encontrarse con la vida, con nuestra vida. Regalándonos, nuevamente, motivos de Esperanza.

Sábado de desmontaje, de recogida de enseres, de traslados, de pensar que la semana se nos ha pasado en minutos. Que la semana ha sido como cuando ponemos las manos bajo una fuente y el agua se nos escapa entre los dedos. Sábado en el que pensamos en lo vivido, y en lo que nos ha quedado por vivir. La lluvia, traicionera, nos ha privado de momentos que viviremos en un futuro pero que, en este año, han quedado guardados en ese cajón de los momentos imposibles, momentos no vividos que, sin duda, volveremos a vivir.

Sábado de pensar en las personas con las que hemos compartido esos momentos, agrios y dulces, que nos ha dejado la Semana Santa 2025. Sábado de ser conscientes de que el futuro no está escrito, de que la historia de nuestra Semana Santa tiene aún muchas páginas en blanco que iremos rellenando entre todos y todas, porque hay tantas páginas como amantes de nuestra Semana Santa. Y se irán escribiendo.

Porque la Semana Santa es el conjunto de historias de quienes la hacen posible, de quienes dedican parte de su tiempo en trabajar por su Hermandad y, en fraternidad, con el conjunto del resto. Y hoy, Sábado Santo, es el momento también de poner en valor la labor de la Junta de Cofradias coordinando y potenciando el sentimiento de Hermandad del que hablaba en la columna del pasado Sábado de Pasión: que solo haya la única Semana Santa de Mérida.

Y es tiempo, este Sábado Santo, para evocar como se vivía esta jornada a mediados de los años 50 y que, quien sabe, debería recuperarse para tener cofradías en la calle. Les cuento, en el año 1956 y durante algunos años, la Cofradía del Calvario realizaba la procesión de la Soledad en la noche del Sábado Santo antes de la Vigilia de Resurrección, hasta que la estableció en la madrugada del Viernes al Sábado Santo.

Una posibilidad, nada desdeñable, que ojalá pudiera recuperarse pues, de esta manera, ganaría en presencia de público y no coincidiría con el Vía Crucis al Santísimo Cristo de la O en el Anfiteatro. Además, descargaría el trabajo de la Hermandad del Calvario que, una vez procesionado el Santo Entierro, deben preparar nuevamente el paso de la Virgen.

Quién sabe, todo es cuestión de ver posibilidades. Pero estoy convencido de que con ello, y con la inclusión de una Cofradía el Jueves Santo por la mañana, la Semana Santa ganaría muchos enteros.

Vídeo | Así ha sido la procesión del Santo Entierro en Mérida

Javier Cintas

Mientras tanto, vivamos este Sábado Santo con el recuerdo de lo vivido, recuerdos que vienen a la memoria al escuchar, con nostalgia, el chirriar de las ruedas de los coches al pasar sobre el asfalto encerado.

Eso sí, sábado de nostalgia y de Esperanza pues mañana, mañana se volverá a cumplir con lo escrito y el Resucitado nos regalará grandes estampas para poner el broche de oro a la Semana Santa de Mérida.

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