Presencia en la red social

Una investigación destapa que Musk y X hacen negocios con terroristas

La red social acepta los pagos de extremistas de grupos sancionados como Hizbulá o Al Qaeda para dar más visibilidad a sus mensajes propagandísticos

 de Hezbolá.

de Hezbolá. / Europa Press/o/Marwan Naamani

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

Barcelona

Uno de los fundadores de Hezbolá, un asesor de al Qaeda o un alto carga de los hutíes en Yemen. Los tres personajes tienen en común que pertenecen a grupos terroristas sancionados en Estados Unidos, pero también que pagan una suscripción para amplificar su propaganda en X, la red social anteriormente conocida como Twitter y propiedad de Elon Musk.

En febrero de 2024, la organización Tech Transparency Project destapó que la plataforma estaba potencialmente violando las sanciones impuestas por Washington al aceptar pagos de grupos que tienen prohibido hacer negocios en el país. Una nueva investigación presentada este jueves recalca que X sigue promocionando sus cuentas, infringiendo la normativa que prohíbe la "provisión de fondos, bienes o servicios por, para o en beneficio de cualquier persona bloqueada".

El estudio identifica varios casos notorios en los que la red social cobra por potenciar los perfiles de terroristas. Es el caso de Subhi Tufayli, fundador del movimiento político y paramilitar libanés Hizbulá; Vahid Haghanian, estrecho colaborador del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei; Mohammed al-Jasim, líder de una milicia siria acusada de violar los derechos humanos; Abdul al-Khaiwani, jefe de seguridad e inteligencia de los hutíes yemenís; o tres kuwaitiés acusados de recaudar fondos para el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, entre muchos otros.

Propaganda y propinas

Todos los perfiles detectados por Tech Transparency Project cuentan con el pin azul de verificación, lo que significa que pagan a la plataforma propiedad de Musk para ganar visibilidad y ampliar el alcance de sus mensajes. Antes, esa insignia se concedía únicamente a personalidades públicas, pero una vez se hizo con el control de X el magnate tecnológico la puso a subasta en un esfuerzo por aumentar los ingresos.

Los s que pagan, como los terroristas sancionados, cuentan con algunas ventajas como poder compartir vídeos largos o editar sus publicaciones. Algunos de ellos incluso cuentan con un botón para recibir propinas de los s y con un distintivo que confirma que X ha verificado su identidad mediante una fotografía y un documento de identidad expedido por el gobierno.

Por un lado, Musk ha criticado públicamente al Departamento del Tesoro por carecer de "controles básicos" para rastrear los pagos y garantizar que no terminen yendo a organizaciones terroristas. Por el otro, más opaco, la plataforma de su propiedad sigue haciendo negocio con esas organizaciones sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros, que depende del mismo Departamento del Tesoro al que denuncia.

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