Una ventana abierta a los nuevos tiempos

A dos personas les estaré siempre agradecida: a Pepe Higuero y Paco Pérez, mis directores, y quienes, por distintos motivos y en tiempos diferentes, me guiaron para haber podido llegar a la dirección del rotativo. Ninguno de los dos, desafortunadamente, se encuentra ya entre nosotros y con más motivo deseo que mis primeras palabras sean para ellos. Y mi eterno reconocimiento.

Tuve el honor de dirigir este medio durante dos años, en el cambio de milenio. Fueron, con sus luces y sombras, como todo en esta vida, dos años de una profunda experiencia profesional y, pese a ser la primera mujer directora de un periódico en Extremadura, más me enorgullecía haber puesto en marcha años atrás una nueva delegación: la de Villanueva de la Serena-Don Benito que ya, premonitoriamente, se llamó Vegas Altas. Era la primera que El Periódico extendió por la provincia de Badajoz tras las grandes ciudades de Badajoz y Mérida. En la década de los 80 ser corresponsal de El Periódico Extremadura era una ventana abierta a los nuevos tiempos, una atalaya privilegiada para ver, y participar, en la nueva etapa que se abría para Extremadura y que ahora se recuerda con el 40 aniversario del Estatuto de Autonomía.

Hay una entrevista de esa década que guardaré siempre por la personalidad y las circunstancias. Una conversación a solas, en una calurosa mañana de julio, con el científico Severo Ochoa, gracias a José Luis Viñuela. Eladio Viñuela y Margarita Salas, acompañaban al Nobel de Medicina, para asistir a una representación de Medea, en el Festival de Mérida. Tres grandes científicos internacionales que amaban nuestra tierra, su tierra. Y lo que contaban de ella, fuera de Extremadura, agrandaba su querencia.

Historias así forman parte de los 100 años de El Periódico Extremadura. Gracias a Antonio Cid, actual director, por abrirme de nuevo las páginas de un periódico al que tanto quiero.