Sanidad

Extremadura encabeza las agresiones a médicos: la mayoría en los centros de salud

Los casos han crecido un 30% en solo un año casi ocho de cada diez ocurren en los centros de salud. «No podemos normalizar estas situaciones», advierten desde el colegio de médicos cacereño

Medio centenar de sanitarios protestan en Moraleja, ayer.

Medio centenar de sanitarios protestan en Moraleja, ayer. / CEDIDA

Cáceres

Justo ayer, cuando se celebraba el Día Europeo contra las Agresiones a Profesionales Sanitarios, dos mujeres propinaron patadas a una médica de un centro de salud de un pueblo de Toledo. Dos semanas antes una escena similar se registraba en otro centro de salud de Plasencia. Esta vez era un médico el que sufrió un traumatismo craneoencefálico y una herida de cinco centímetros que precisó sutura.

No es casualidad que estas dos últimas agresiones conocidas se hayan dado en centros de salud, ya que la Atención Primaria parecer ser el primer objetivo de la violencia que se ejerce contra los sanitarios fuera y dentro de Extremadura. Y en este asunto, desgraciadamente la comunidad extremeña despunta dentro del conjunto del país. 

Según los últimos datos del Observatorio de Agresiones a Médicos, de la Organización Médica Colegial de España (OMC), durante el año pasado se registraron en 38 agresiones a facultativos en Extremadura (frente a las 27 de 2023, un 28% menos), lo que coloca a la comunidad extremeña a la cabeza del país en este fenómeno con una tasa de 5,8 agredidos por cada mil profesionales colegiados. Le sigue Cataluña con una tasa de 5 y en el lado opuesta se sitúa Navarra con el menor número de casos en España: 0,62 agresiones por cada mil colegiados.

Insultos y amenazas

Principalmente las agresiones registradas fueron verbales: insultos, vejaciones, amenazas y coacciones. Otro dato relevante del estudio es que el 79% de los hechos ocurridos en Extremadura tuvieron lugar en los centros de salud, donde el trato con el paciente es más frecuente y cercano y el profesional médico está prácticamente solo en su consulta. Un 16% de los actos se cometen en los hospitales y un 6% en las urgencias (3% en las hospitalarias y otro 3% en las de Atención Primaria). Aunque el porcentaje es similar, el 52,6% de los sanitarios agredidos en 2024 fueron mujeres, frente al 47,4% de hombres; y casi un 30% del total tenía menos de 35 años de edad. 

En cuanto al perfil de los agresores, la mitad son pacientes con una cita programada y hombres en la mayoría de los casos, de entre 40 y 60 años de edad, según los últimos datos de la OMC. «Me preocupa especialmente la normalización de la violencia hacia los médicos como una forma aceptable de resolver conflictos o expresar descontento», asegura Luis Tobajas, secretario del Colegio Oficial de Médicos de Cáceres, quien pide respeto y seguridad para que los médicos puedan desempeñar su labor asistencial. «La violencia no tiene cabida en nuestros centros».

Piden estadísticas fiables

Esta problemática sacó ayer a la calle a medio centenar de profesionales, en una protesta a las puertas del centro de salud de Moraleja (Cáceres), que fue convocada por CSIF Extremadura para condenar las agresiones que sufre el personal sanitario. En la protesta participó la presidenta del sector de Sanidad de CSIF, Emilia Montero, quien condenó las agresiones ocurridas en la región, y reclamó «estadísticas fiables»: «no podemos normalizar estas situaciones». 

Contra esta violencia, Montero urge a la Junta un aumento de profesionales, que suele ser una de las quejas más frecuentes de los pacientes. «Los s que piensen que no han recibido una adecuada atención sanitaria tiene a su disposición todo tipo de cauces legales y la posibilidad de abrir reclamaciones», recuerda. Considera «primordial» la contratación en todos los centros de salud de personal istrativo y de celadores para «descargar» de las labores burocráticas a los profesionales asistenciales y también de personal de seguridad para complementar el botón del pánico que en la última agresión ocurrida en Plasencia no pudo activarse al llegar los golpes «por sorpresa».

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