Fútbol. Segunda Federación

Parecidos razonables... ¿y ascenso del Cacereño?

Las similitudes entre la fase del 2002 que acabó con el decano en Segunda B y la actual, con incidentes en los partidos de fuera, dispara el optimismo de aficionados que esperan un nuevo éxito el sábado

Hinchas del C y el entrenador de entonces, Ángel Marcos, relatan lo que vivieron en un equipo en el que Enrique Ortiz y Julio Cobos eran los referentes

Monumental trifulca tras el Málaga B-Cacereño de 2002 en El Viso.

Monumental trifulca tras el Málaga B-Cacereño de 2002 en El Viso. / El Periódico

José María Ortiz

José María Ortiz

Cáceres

Solamente hacía falta ganar al Antoniano de Lebrija en el Príncipe Felipe para ascender. Era la temporada 2001-2002 y el Cacereño de Ángel Marcos lo tenía en su mano. Y lo hizo. 4-1 ganó el C. Ahora, 23 años después, un aficionado verde, Jorge Pérez, está seguro, tiene un pálpito. «Está pasando lo mismo que entonces: con muchos incidentes en Quintanar, Lebrija, Málaga… y al final subimos. Lo veo. Lo vamos a hacer otra vez. Está ocurriendo lo mismo». Pérez, maestro de profesión en Aragón, se desplazará el sábado en Cáceres con la esperanza de que se pueda repetir la historia. Lo ocurrido en Ávila y Estepona, con cargas policiales y enfrentamiento entre aficionados en el primer caso y lanzamiento de objetos y suspensión del partido en el segundo ¿es una ‘señal’ de que se conseguirá el objetivo? Ya se verá. 

En aquella campaña 2001-2002 en la que se subió a Segunda B estaba el actual técnico, Julio Cobos, como jugador y principal figura del equipo junto al azuaguense Enrique Ortiz (éste hizo 39 goles del que después sería jugador del Cádiz en Primera). De hecho, en el 3-2 al Málaga B, con ambos de protagonistas, el extremo hizo un tanto y Cobos dos goles de penalti en el último cuarto de hora que voltearon el marcador. El presidente entonces era el malogrado empresario salmantino Félix Campo.

Cobos celebra uno de sus goles al Málaga B.

Cobos celebra uno de sus goles al Málaga B. / Rufino Vivas

Codazo de Félix Campo

Precisamente Campo, en Málaga, protagonizó una anécdota con connotaciones violentas. “Al acabar el partido, cuando venían a por nosotros los ultras del Frente Bokeron, que eran de los más peligrosos de España, Félix le metió un codazo en toda la nariz a uno de ellos, muy grande, que sangró como un cochino. Fue en la entrada en vestuarios, y estaba él protegiéndonos. Fue tremendo”, cuenta Marcos gráficamente.

En ese duelo el el Cacereño encajó un gol “tras un balón que había salido del campo y uno del público la metió para dentro. Menos mal que el línea lo señaló. El árbitro, que era de Melilla, no se había dado ni cuenta, pero trabajaba en el puerto de Málaga, en la aduana. El partido duró 124 minutos y se descontaron 10-12 y en la segunda veintitantos. El empate le hubiera servido a ellos, pero metimos un gol en el ciento veintialgo y fue lo que nos dio poder depender de nosotros», añade el histórico entrenador verde.

Celebrándolo.

Celebrándolo. / El Periódico

Con Manolo Hierro

En aquel tumultuoso final, también relataba este diario, con imágenes incluid, fue agredido el preparador físico, Fran Nacarino, en un final ‘calentado’, cuentan en el C, por Manolo Hierro, al que el propio Marcos terminó agarrando del cuello, confiesa, cuando fue a disculparse. 

«Le eché del vestuario, le dije que todo era culpa suya después de haber caldeado el ambiente. Metieron en el campo del Viso, un recinto apenas sin gradas, a todo el Frente Bokeron y miles de personas», asegura Marcos.

Jugador del Cacereño herido en Málaga. Detrás, Fran Nacarino.

Jugador del Cacereño herido en Málaga. Detrás, Fran Nacarino. / EPE

El técnico de Serradilla recuerda con todo detalle una serie de partidos con incidentes. “Empezamos la liguilla en Quintanar. El ambiente estaba muy caldeado. Cuando salimos a calentar la gente estaba muy encima del campo con una valla que estaba apenas a un metro de los banquillos. Nos tiraron de todo durante todo el partido. La policía tuvo que separar a la gente que se pegaba. Nos ganaron con dos penaltis y el árbitro estuvo… al final me dijo: ‘Ángel, hemos salido todos vivos, no te preocupes que os quedan seis partidos y al menos aquí se ha salido bien. Esto era un infierno’». 

Celebración de un gol del Cacereño en Lebrija.

Celebración de un gol del Cacereño en Lebrija. / Cedida

El último día en el Príncipe Felipe, ante el Antoniano, rememora Marcos que vino como asistente del colegiado el hermano de aquel árbitro «y me recordó lo de Quintanar. «Ya sé que lo pasásteis mal allí, me lo ha dicho mi hermano. Al final tenía razón: estaríais vivos esta última jornada».

Triple empate

Aquella fase de ascenso el Cacereño sumó 10 puntos, los mismos que Antoniano y Málaga B, pero acabó ascendiendo por mejores números entre ellos. Después llegarían La Palma (2008) y el a Segunda Federación en 2021 tras el duelo ante el Coria. Esas fueron otras historias, más cercanas, pero la que más recuerda a lo que puede suceder es la de 2002. Y aquella tuvo final feliz.

«En Quintanar hubo incidentes. En Lebrija se lió una de cuidado…». Lo relata Juanjo ‘El Moro’, testigo de los sucesos de Málaga, pero también del resto. Él, como Jorge Pérez, ‘Jarrai’, como tantos otros, también espera que el epílogo se repita. “Resumiendo: en las liguillas que hemos tenido follón, siempre hemos subido», agregan.

Así se escribe la historia. De momento hay un esperanzador parecido razonable para los intereses del decano extremeño.

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