El Estepona-Cacereño, suspendido en el 80 con 1-0

En un encuentro con accidentado desarrollo, con dos parones por lanzamiento de una bengala y un mechero, más un aviso previo del árbitro, el desenlace fue el menos esperado:se suspendió en el 80 y se reanudará a las 12.00 de este lunes a puerta cerrada en el estadio Francisco Pérez Muñoz De momento, 1-0 para el Estepona ante el Cacereño, con tanto de Goma en el 74, y todo en el aire, teniendo en cuenta que el sábado (20.30 horas, Príncipe Felipe) es la vuelta. Antes tendrán que disputarse los minutos que restan, que son diez más el añadido. Todo fue muy confuso al final de este domingo en el que el fútbol fue el gran perjudicado.

Antes de los incidentes, Julio Cobos apostó por el ‘factor Marcos Carrillo’, a modo de acicate de espíritu ganador del protagonista y como justo premio al autor del gol, conseguido con el alma y la cabeza, ante el Ávila que dio la clasificación para la final. También porJorge Sarmiento, otro futbolista que se ha peleado la credibilidad que tiene a fuerza de trabajo.

Opción de Palacín

Pau Palacín tuvo la primera opción verde con un disparo escorado al palo. El C se protegía bien. El talentoso Nacho Goma, ex del Mérida, dirigía las acometidas locales. Ekhiotz remató fuera en la respueta del Estepona.En los primeros 15 minutos, tres córners de los andaluces, que apretaban fuerte.

El Cacereño, con Deco y Clausí controlando sin problemas el tempo, tuvo otra en los pies de Palacín y Merencio. El cuadro andaluz respetaba mucho al extremeño. Y viceversa, de modo que el primer acto se cerró sin acometidas serias en las áreas.

El decano extremeño, como había ocurrido hacía dos semanas en Ávila, salía conforme del resultado y del desarrollo del primer acto. No había empatado y había mostrado su solvencia, esa que ha mostrado a lo largo de la temporada y que le ha llevado a otear la liga desde la azotea de la clasificación. No había mucho que temer. Si acaso la amarilla al central Sanvi. O, quizá, el peligro del mejor local, Jorge Gómez, un zurdo muy talentoso que causa todo el peligro desde la derecha.

Segunda parte

Sin cambios en uno y otro a la vuelta, se trataba de seguir dándolo todo. Era un desafío absoluto de los verdes, que tenían una coyuntura aparentemente favorable.

Todo se desarrollaba con más o menos normalidad en la grada y el ambiente previo. Salió el Estepona arriesgando y apretando más, pero el Cacereño seguía firme atrás. Eso sí, cada vez amenazaba menos adelante, con Palacín convertido en una isla. De nuevo se echaba en falta la velocidad y la capacidad de asistir de Sancho y Viñuela.

El Estepona, que dominaba, vivía de los lanzamientos de estrategia, en uno de los cuales pidió mano y penalti de Sanvi. El C estaba tranquilo atrás, con los laterales Alex Rodríguez y joserra impecables en sus marcas.

Cobos movió la coctelera introduciendo a Adri Pérez por Sarmiento. El partido apenas tenía opciones cercanas al gol. Dago era una amenaza relativa.

Y llegó el 1-0. En una internada local, Diego Nieves no se quedó con el balón tras un tiro desde la izquierda de Eric y Nacho Goma hizo el gol llegando desde atrás. Minuto 74. El escenario, el mismo que en Ávila. Salió Isaac por Carrillo justamente después para intentar algo diferente.  El Cacereño ya no funcionaba como en el primer tiempo. Muy espeso, el partido se le estaba haciendo largo.

Suspensión

El lanzamiento de una bengala desde la zona del equipo visitante hizo que el partido quedara suspendido. Tremendo antecedente.

Los jugadores se fueron a los vestuarios mientras se decidía qué pasaba. Tardaron diez minutos en salir los futbolistas y todo volvía a la normalidad. Pero cuatro minutos después, de nuevo parón por el lanzamiento de un mechero desde la zona local hacia el meta visitante, Diego Nieves. El juego se paraba en el 80 ya de manera definitiva ante la vergüenza de lo que había sucedido en el campo.

Lo demás ya se supo de madrugada. Los dos clubs condenaron la violencia y anunciaron que este lunes se reanudaría el partido. Y todo ello, con lo que significa: el Cacereño tuvo que quedarse en Estepona. A 500 kilómetros, incertidumbre. De todas formas, todo está abierto.

Suscríbete para seguir leyendo