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Garazi Sánchez, surfista profesional y autora de 'Modo avión': "La vida real nos sienta bastante mejor que la digital"

La deportista getxotarra, tras una lesión que le impidió ir a los Juegos de París, decidió vivir 15 días sin móvil y documentar la experiencia

Garazi Sánchez: "La vida real nos sienta bastante mejor que la digital".

Garazi Sánchez: "La vida real nos sienta bastante mejor que la digital". / SPORT

Cristina Moreno

Barcelona

Como muchos deportistas de élite, Garazi Sánchez tenía en su objetivo la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024, pero una inoportuna lesión de rodilla la apartó del camino. Ese contratiempo la llevó hasta México, en busca de desconexión, y le abrió una nueva ruta. De esa experiencia nació 'Modo avión', un experimento sobre la desconexión digital que se puede ver en 'Youtube' y en el que la surfista getxoarra narra en primera persona su experiencia tras quince días sin conectar el teléfono móvil.

Te lesionas en la rodilla antes del preolímpico y eso te impide optar a una plaza para los Juegos. ¿Cómo vives ese momento?

En el anterior preolímpico ya estaba un poco tocada y después de que eran los últimos dos preolímpicos, que en nuestra categoría son los más importantes, y no estar ni siquiera en ese siguiente preolímpico donde se juega todo y ver a todas las personas con las que has competido el año anterior estar ahí compitiendo, pues eso fue el primer palo. Luego, vivir las Olimpiadas desde lejos fue sobre todo complejo mentalmente. Ha sido un reto bastante grande a nivel mental el cómo seguir ilusionada en tu carrera cuando te ves tan lejos del objetivo y que no es todos los años, sino cada cuatro.

En ese momento decides hacer un viaje a México para desconectar y ahí surge la idea de 'Modo avión'...

Yo más que deportista soy surfista y amante del mar. Y casi siempre digo que cuando el surf está lejos de mi vida, mi vida se tambalea un poquito más. El objetivo del viaje en un principio no era nada más que conectar con lo que a mí me ha traído hasta aquí, que es el amor al surf, y volver a un lugar en el que yo he sentido eso de manera muy genuina en otros viajes que había hecho.

Allí me di cuenta de que el entorno por si solo no cambia lo que nos pasa o lo que sentimos. Evidentemente ayuda, pero tenía que poner algo más de mi parte. La única diferencia de mis anteriores viajes allí, además de la lesión, era que el wifi había entrado en ese pueblo. Entonces se me ocurrió llamar a un amigo y le dije, 'oye, me apetece grabar este experimento, ¿te apetece venir?'. Él estaba en El Salvador, y fue algo súper improvisado. Llamé a una amiga para que me ayudase a hacer el briefing para saber qué tomas queríamos grabar, pero fue todo sin guión para contar la experiencia real, por eso lo llamamos más que documental, un experimento de una experiencia propia.

¿Cómo es ese momento en el que pones el modo avión y desconectas?

La verdad es que me dio bastante cosa. Tenía pensado apagar el teléfono por la mañana y tardé hasta el mediodía, tenía como el vértigo a despedirme. Supongo que es como cuando la gente entraba en Gran Hermano... pero fue más como ese miedo, esa sensación a la incertidumbre o al descontrol, de y si pasa algo y no me entero, que muchas veces no pasa nada o incluso aunque pase tú no eres imprescindible Pero luego se hizo de una maner tan natural que fue bastante asombroso.

¿Qué dirías que fue lo más difícil de esos días sin móvil?

El entorno, el sitio en el que estaba, ayudaba a que la vida real fuese tan interesante que realmente no eché tanto de menos el teléfono. Supongo que en caso de que pase algo importante, realmente importante, ahí es donde la tecnología es relevante, pero sinceramente no es algo que eché de menos.

Los primeros días sí que se me hacía raro sobre todo, cuando volvía a la cabaña, que era cuando miraba el móvil, pues ahí había como un vacío porque no tenía ese entretenimiento, entonces lo tienes que llenar contigo mismo y yo creo que eso fue lo más raro, pero no fue difícil. De repente llenas el tiempo con otras cosas, lees, hablas con el vecino, te das un paseo, te fijas en plantas que no te habías fijado, realmente no fue difícil, fue un descubrimiento.

'Modo Avión', el experimento de Garazi Sánchez

'Modo Avión', el experimento de Garazi Sánchez / G.S.

Defines 'Modo avión' como un experimento hacia la desconexión digital, ¿qué conclusiones has extraído tú del experimento?

La principal conclusión es que la vida real nos sienta bastante mejor que la digital. Que haya más porcentaje en nuestra vida de vida real que de digital, creo que es síntoma de salud. La velocidad a la que tendemos a vivir, un poco también creo que incentivados por toda la vida tecnológica, los mails, las notificaciones..., creo que eso nos acelera de tal manera que no es lo más sano para el cuerpo. Por mucho que ahora estemos en una era mucho más moderna, el cuerpo está hecho para vivir de manera humana, no la que nosotros creamos.

Para mí, el experimento y sobre todo las sensaciones que tuve, fue como un faro para encontrarme. Teniendo en cuenta que obviamente no vivo en una aldea y no puedo estar desconectada todo el rato, quiero que en un cómputo general haya más de eso y adaptarlo a mi vida en Getxo, o a mi vida en diferentes momentos del año. Como todos, tenemos diferentes puntos de intensidad de trabajo o de relación con la tecnología, pero siendo consciente que hay una parte que es nuestra propia, que no tiene que ver ni con el trabajo, ni con hablar con la familia, que tiene que ver con que nos dejamos llevar. Las personas más inteligentes del mundo han hecho unas máquinas para que estemos muchas horas ahí mirando una pantalla. Esto existe y al final creo que es cuestión de educación, que no estamos educados porque no hemos tenido tiempo todavía.

Y en tu versión como deportista, ¿en qué te ha servido esta desconexión?

Me devolvió un poco el foco a mí misma, a qué puedo hacer yo con lo que tengo, con qué me siento yo orgullosa y qué es el rendimiento para mí. Si mi rival lo hace mejor, le doy la mano y acepto perder, que es un tema importante, como el proceso, aprender a perder, también aprender a ganar. Me ha enseñado que aunque mis compañeras en su día estuviesen en las olimpiadas, que era un sueño mío, lo que yo podía hacer en ese momento para poder estar algún día ahí, era curarme, volver a surfear poco a poco, ser un proceso progresivo. No simplemente compararme con lo lejos que estaba de aquello porque eso, lo único que hacía era hacerme sentir que era imposible y quitarme la energía para hacer lo que tenía que hacer. Esto se puede extrapolar a cualquier a ámbito. En todos es importante medir cuánta energía dedicamos a mirar la vida de otros. 

En menos de cuatro años tendremos otra cita olímpica, ¿te lo planteas como objetivo? y ¿qué parte de todo este aprendizaje vas a aplicar en este ciclo olímpico?

En agosto empieza otra vez el circuito europeo, que es lo que da resultados para clasificarte para los preolímpicos y todavía estamos muy al principio del ciclo. De alguna manera, en vez de poner el foco en visualizarme en una cita olímpica, para mí está siendo más importante el 'quiero competir en agosto, ¿qué tengo que hacer para estar ahí?'. De momento es recuperar mi nivel. Hasta ahora he dejado que entre más la mentalidad de si quieres puedes, por encima de tu cuerpo, y eso creo que me ha llevado a romper mi cuerpo un montón, como cuando tuve la lesión de columna (en 2018).

Ahora me apetecería darme el regalo de tratar que la persona y el cuerpo estén más en el centro. Obviamente el alto rendimiento requiere de una disciplina, un compromiso enorme, pero la salud tiene que ir de la mano. Por mi experiencia sé que muchas veces por forzar tienes que estar más tiempo fuera. Si hubiera bajado un poco la intensidad podría haber sido mucho más constante, disfrutar mucho más y estar donde tenía que estar.

Ir a Los Ángeles 2028 sí que es un objetivo que tengo, pero de momento lo tengo ahí en el horizonte. Es una cosa que me haría mucha ilusión, pero de momento mi objetivo está en agosto, en estar en el europeo y de ahí ver qué va saliendo, darle importancia al disfrute. Hay pruebas neurocientíficas que muestran que disfrutar nos hace rendir mejor y poder ser mejores deportistas. También va del equipo con el que te rodeas, que puede ir más en tu línea o no y a mí me apetece más descubrir cómo rindo en esa línea.

Garazi, en su medio, sobre una tabla de surf

Garazi, en su medio, sobre una tabla de surf / G.S.

Después de tu experiencia con 'Modo avión', ¿qué consejo darías sobre el uso del teléfono móvil y las nuevas tecnologías?

A través de mi experiencia, lo que a mí me ha ayudado es hacerme preguntas a mí misma, coger consciencia y de ahí cada uno con sus circunstancias ver qué es lo que le sienta mejor. Puede ser un problema, pero depende de cómo se use. El primer paso es poner el tema sobre la mesa porque es una herramienta que ha llegado para quedarse y cada vez con más fuerza. ¿Es malo el móvil o la tecnología? Para nada, pero hay que poner eso sobre la mesa y que cada uno vaya encontrando, sabiendo también que es un proceso.

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