Entrevista | Antonio Fuentes Entrenador de lanzamiento de martillo

"Nuestro deporte no se sabe valorar por parte de los que hacen los decretos"

Antonio Fuentes, en Tokio 2021.

Antonio Fuentes, en Tokio 2021. / Cedida

José María Ortiz

José María Ortiz

Cáceres

Cuando han transcurrido 20 años largos desde que se creara un grupo de lanzadores en Montijo, su inspirador y faro, Antonio Fuentes (Palma del Río, Córdoba, 15 de enero de 1961), reflexiona y repasa en esta entrevista lo ocurrido desde entonces en lo que fue un movimiento generador de ilusiones y triunfos. Como es habitual en él, exhibe su espíritu crítico con las ayudas que recibe el atletismo en una modalidad en la que es complicado subsistir. Del mismo modo, habla de Javier Cienfuegos o Álvaro Martín

20 años y 6 meses desde que creó un grupo de lanzadores en Montijo. ¿Pensó en que, tras todo ese tiempo, aún estaría ahí, peleando en lo mismo?

No. Nunca imaginé que duraríamos tanto, pero la ilusión mueve montañas y eso es lo que ha hecho que estemos aquí luchando por los jóvenes y darle salida a todos aquellos que no pueden tenerla en otros deportes. A ver si se ilusionan conmigo y con el lanzamiento.

¿Qué recuerda de aquel verano?

No se me olvidará nunca aquella experiencia de ese verano con Ana (Fuentes) y Julito (Coco) en los Campeonatos de España, en Avilés, donde por primera vez llevamos representación de un mismo club y una misma modalidad deportiva . Nuestras caras eran un poema vernos allí ¡lanzando martillo!, algo que empezamos como un juego y acabamos en un campeonato de España. Y lanzando con un giro y con la boca abierta viendo cómo lanzaban los catalanes, los gallegos. Nos vinimos con una impresión estupenda, algo que nos ayudó mucho a trabajar y a mejorar. Nos dio una gran inyección de moral, pues vinimos con las pilas cargadas para intentar mejorar todo lo que hacíamos mal en la técnica. 

¿Acabarían de los últimos, no?

No, no. Ana quedó sexta y Julito séptimo. Llevábamos tres o cuatro meses lanzando. Me decía mi hija: “¿papá, lanzo con un giro de parao?”, me decía Ana. Todos los entrenadores con la boca abierta. Y luego. “Lanzo de parao”… eso no se olvida: las comidas, las reuniones con los entrenadores Víctor Luengo o Juan Méndez, como selección. Fueron experiencias preciosas.

Arriba, Julio Coco, Ana Fuentes y Javier Cienfuegos. Abajo, Antonio Fuentes. Con ellos empezó todo.

Arriba, Julio Coco, Ana Fuentes y Javier Cienfuegos. Abajo, Antonio Fuentes. Con ellos empezó todo. / Cedida

¿De qué está más orgulloso? ¿Se queda solamente con el nombre de Javier Cienfuegos?

No. Javi es uno más, aunque muy importante, pero ahí la clave estuvo en Ana y en Julito, que fueron los que empezaron. Sobre todo Ana, que si no hubiera dicho que quería lanzar martillo Cienfuegos no hubiera estado ahí. Cienfuegos y todos los que están y han estado en la ‘escuela de lanzadores de Montijo o la ‘factoría Antonio Fuentes’ de Montijo. Estoy muy orgulloso de Javi, por supuesto, y hemos vivido experiencias increíbles y jamás pensábamos que íbamos a llegar donde hemos llegado, pero me quedo con el sí de Ana. Sin eso no hubiese sido posible nada.

Ahí empezó todo…

Ahí, ahí. Me decía antes de eso: “yo eso de lanzar nada, que eso es de gordas” y yo le explicaba lo del martillo. Y así nos inventamos nuestros propios martillos porque no teníamos a ese material. Lo hacíamos con una red de pescar, con un balón medicinal, una cuerda y un mango que me fabriqué con un bote de pintura de 30 kilos. De ahí salió todo.

Opciones de más

¿Hay posibilidades de que salga alguien del perfil de Cienfuegos? De momento ha conducido a varias campeonas…

Los chicos no llegan. El problema es que cuando ellos no son capaces de imitar los que hacen ellas se van, se sienten ridículos, y mira que intento convencerles… He tenido, antes de María Barbaño, Natalia González, Alba Becerra, pero en este último caso se dejó ir en todo y al final no tiró para adelante. Ahora tenemos un grupito bueno, en el que destaca Paula Carreira, que lleva una proyección espectacular. 

Y todo ello lo ha hecho con mucho trabajo, tanto como dificultades, ha dicho en más de una ocasión. ¿Qué ha sido lo más difícil?

Lo más difícil es tirar con los grupos hacia adelante con las situaciones económicas en las que nos encontramos muchas veces. Somos un deporte minoritario y, por desgracia, no tenemos los apoyos ni la valoración que tienen otros deportes, y esto es un hándicap. A pesar de esto, ponemos ilusión y trabajo y muchas horas que quitarle a la familia. Éste es un deporte muy técnico y yo le he quitado muchas. Nuestro deporte no se sabe valorar por los que hacen los decretos: detrás de una marca de 53 hay mucho trabajo. A mí me hace mucha gracia que a una lanzadora de martillo que se llama Minerva y que fue plata en el campeonato de España de comunidades le han dicho que no es de alto rendimiento por la Junta de Extremadura. Que no tiene el valor que tiene el otro campeonato de España. ¿Perdona? ¿Un campeonato que es tuyo y tú dices que no tiene valor">

Tracking Pixel Contents