La torre del reloj de la plaza de Italia de Cáceres hay que ponerla en hora

El otro día paseando por la Plaza de Italia (Antonio Canales), se acercaron unos turistas y nos preguntaron por varios monumentos de la ciudad. Uno de ellos nos felicitó por tener una torre con varios relojes dando la hora en diferentes países. Se sorprendieron cuando observaron que los cuatro relojes estuvieran parados a diferentes horas.

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En la plaza de Italia (Antonio Canales) existe una torre que fue diseñada por el gran arquitecto municipal Ángel Pérez, bajo el mandato del alcalde Antonio Canales en la Segunda República.

Propósito social

Su construcción tenía un propósito social: ofrecer un reloj público en la zona de Peña Redonda, un barrio obrero conocido como Las Casas Baratas, donde muchos habitantes no disponían de relojes personales. La plaza de Italia y la Torre del Reloj son elementos destacados en la historia urbana de Cáceres, cada uno con su propia relevación.

La inauguración

La plaza de Italia se inauguró en mayo de 1939, poco después del final de la Guerra Civil Española. Su nombre y diseño fueron un homenaje al regimiento fascista de Benito Mussolini, reflejando la influencia política de la época.

Durante su inauguración, la plaza fue decorada con los colores de la bandera italiana: verde, blanco y rojo.

En la misma fecha, el 28 de mayo de 1939, se inauguró una torre en la plaza, conocida como Torre del Trabajo.

Empleos

Se proyectó en esta zona para que los vecinos pudiesen escuchar cómo se marcaban las horas, en un tiempo donde no todos tenían reloj. Se decide que sea denominada torre del Trabajo, y con ese nombre se presenta el proyecto de construcción, como un homenaje a las gentes que estaban ocupando esa zona de la ciudad. La construcción se realizaría por la comisión contra el paro forzoso, una formula que pretendía aminorar el problema del desempleo.

El mal estado

Una pena el estado en que se encuentra dicha torre: los cuatro relojes parados a diferentes horas, cableado, puerta de grafiteada, huecos cerrados por el interior, antenas a diferentes niveles, siendo lo más llamativo del conjunto metálico de postes repetidores, antenas de empresas privadas que coronan la torre.

Cómo cambiaría si aligeráramos la cabeza metálica, colocamos carpintería adecuada, acristalada en los huecos y la iluminamos interior y exteriormente, haciéndola accesible para poderla visitar, ver la maquinaria de esos grandes relojes y las vistas mejores de la ciudad.

Con el adecentamiento de esta torre conseguiríamos un digno monumento con el protagonismo que se merece. 

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