LOS COLECTIVOS DE SANTA LUCÍA, PRIMERO DE MAYO Y RÍO TINTO INICIAN UNA CAMPAÑA APOYADA DESDE LA IGLESIA POR UNOS SERVICIOS DIGNOS

Aldea Moret alza la voz: tiene un solo cajero y una fuerte rotación sanitaria

Ya no queda ninguna oficina financiera abierta en este barrio cacereño de 5.160 personas, muchas de ellas mayores. Tres colectivos de vecinos de la zona y la parroquia exigen también estabilidad en las plazas médicas

Cajero en avenida de la Constitución. Solo queda este dispositivo y otro interior a su lado que cierra cada día a las 20.00 horas.

Cajero en avenida de la Constitución. Solo queda este dispositivo y otro interior a su lado que cierra cada día a las 20.00 horas. / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Lola Luceño Barrantes

Lola Luceño Barrantes

CÁCERES

En vez de mejorar con el paso del tiempo, Aldea Moret vive sumida en una especie de involución. Servicios básicos en la barriada cacereña como la atención sanitaria y la asistencia bancaria no han hecho más que empeorar en los últimos años. Así lo explican desde los tres colectivos vecinales existentes en la zona (Santa Lucía, Sierra de San Pedro y Primero de Mayo), que han emprendido una campaña de recogida de firmas para pedir una mejora en estos aspectos tan necesarios en el día a día de la población. Basta decir que ya no queda ni una sola oficina financiera, solo un cajero con dos dispositivos que no siempre funcionan, uno de ellos con horario restringido, para una población de 5.160 personas (último padrón municipal). A esto se suma la cada vez mayor rotación del personal sanitario, lo que produce una sensación de improvisación e inestabilidad.

En algunas zonas de Aldea Moret, la población mayor de 65 años ya alcanza el 25%. «Tienen que esperar en los cajeros a que lleguemos algún vecino para ayudarles, no saben realizar operaciones básicas ni utilizar el móvil para acceder a las apps de los bancos», explica Arístides García, presidente de la Asociación Vecinal Primero de Mayo y de la Asociación Socio Cultural Aldea Moret. El cajero interior se cierra incluso a las ocho y el de fuera ha estado «unos veinte días averiado», de modo que el barrio solo ha tenido disponibilidad bancaria a ciertas horas.

Al banco, en coche

Cabe recordar que Aldea Moret es una zona especialmente separada del núcleo urbano por la distancia y por la vía del tren. El cierre de la última oficina financiera, perteneciente a Liberbank, obliga a sus clientes a trasladarse a la nueva sucursal de referencia de esta firma en la avenida de la Bondad (2,6 kilómetros) para hacer trámites que requieren presencialidad. «La exclusión financiera se ha convertido en un problema muy serio en este barrio. Hay mucha gente mayor que apena sabe usar el cajero y que le cuesta realmente desplazarse fuera de la zona», lamenta el párroco, Miguel Ángel González.

Para Javier Moreno, presidente de Santa Lucía, la situación no tiene lógica. «La fusión entre Unicaja y Liberbank genera un banco que se convierte en el quinto de España con un volumen de activos cercano a los 113.000 millones de euros. No se entiende esta reducción de oficinas y personal en barrios donde se crea un problemón», afirma, recordando que además los cajeros sufren averías sucesivas y que no todo el mundo controla las nuevas tecnologías para prescindir totalmente de un banco presencial.

Por ello, aunque los vecinos saben que son empresas privadas que pueden actuar como deseen, exigen con sus firmas la reapertura de esta sucursal. «Las personas mayores de Aldea Moret, con menores capacidades digitales, se sienten expulsadas de un servicio que siguen necesitando», exponen.

A la población tradicional de esta barriada se ha sumado también la de Sierra de San Pedro (nueva zona de Río Tinto), que depende de los mismos servicios. Su presidenta vecinal, María Mojonero, considera necesaria «una mejor atención bancaria» porque «no queda una sola oficina en la zona» y hay que coger el coche para cualquier gestión presencial.

Defensa de sus médicos

Otro de los caballos de batalla es la rotación del personal sanitario del centro de salud. Con la jubilación de los médicos más veteranos, que han atendido durante décadas al barrio, los nuevos facultativos que van llegando son trasladados con demasiada rapidez. «Hay tanta movilidad que los pacientes cambian de profesional cada poco tiempo y se rompe la necesaria confianza entre médico y enfermo, cuando esa relación es lo más importante», señala el párroco, haciendo hincapié en la cantidad de s de edad avanzada que dependen especialmente de la asistencia sanitaria. De ahí que los vecinos recojan firmas para demandar mayor estabilidad en las plazas. «Los cambios son constantes, se nota por ejemplo en pediatría», comenta María Mojonero.

 al centro de salud de Aldea Moret. El barrio agradece la labor de sus sanitarios.

al centro de salud de Aldea Moret. El barrio agradece la labor de sus sanitarios. / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

«Podemos decir que tenemos unos médicos excepcionales, pero un día desaparece uno, luego otro, porque no tienen aquí su plaza. Pedimos que se les facilite una continuidad a los que quieran permanecer, porque muchos de ellos quieren hacerlo», señala Javi Moreno. De hecho, los vecinos subrayan en el escrito de recogida de firmas (repartido por los distintos negocios del barrio) el «respeto y agradecimiento» que sienten por unos sanitarios que han velado por la salud de todos, «exponiendo la suya» durante los tiempos de pandemia. «Sabemos que su vocación es seguir aquí y Aldea Moret no quiere que se vayan».

Por ello, explica Arístides García, las firmas serán presentadas ante el Área de Salud de Cáceres, vinculada a la Consejería de Sanidad, donde también se reclamará la cobertura de las bajas y permisos de estos facultativos, que no se sustituyen como debieran y provoca más retrasos en las citas. 

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