Homenaje
José Luis Parra: ciudadano, policía y ayudante en Almendralejo
El cuerpo de la policía local reconoce en un acto sencillo, pero cargado de mucha emoción, la carrera policial de José Luis Parra, que tras 39 años en el cuerpo, lo deja tras haber pasado de agente base a incluso liderar la policía local durante la etapa de la pandemia. Ser cercano con los vecinos ha sido uno de los puntos fuertes para ganar ese reconocimiento

José Luis Parra, a la izquierda; junto a su hijo también policía. / EP
La Policía Local de Almendralejo ha rendido homenaje en estos días a uno de sus agentes más veteranos, una figura clave en la historia reciente del cuerpo. José Luis Parra Simón, natural de Almendralejo, tras casi cuatro décadas de servicio, se despide oficialmente de la institución en la que ha desarrollado toda su carrera profesional. Son 39 años de entrega, dedicación y compromiso con su ciudad, un recorrido que lo ha llevado desde los primeros pasos como agente de base hasta alcanzar la máxima responsabilidad como jefe del cuerpo.
Parra inició su trayectoria a mediados de los años ochenta, en una época en la que la labor policial era muy distinta a la actual. Por entonces, los medios eran escasos, las infraestructuras más limitadas y el reconocimiento social, más disperso. Sin embargo, fue precisamente en ese contexto donde forjó una manera de trabajar basada en la constancia, el respeto y una ética profesional que se mantuvo inalterable con el paso de los años. Conforme la sociedad cambiaba, también lo hacía la institución, y Parra supo adaptarse, asumir nuevos retos y evolucionar con ella, sin perder nunca el o con la realidad cotidiana de su municipio.
Su ascenso fue paulatino, fruto del esfuerzo constante y del respeto que fue ganándose dentro del cuerpo. Cuando le tocó asumir la jefatura, ya contaba con una visión amplia del funcionamiento policial y con una experiencia que lo hacía conocedor de cada rincón de la ciudad, de cada necesidad vecinal y de las dinámicas internas del cuerpo. Su estilo de liderazgo, definido por la serenidad, la cercanía y un profundo conocimiento del entorno, fue clave en momentos de especial exigencia, como durante la pandemia, cuando la Policía Local asumió funciones extraordinarias que requirieron temple, organización y compromiso. En esa etapa, Parra no se limitó a coordinar desde un despacho: estuvo en la calle, junto a sus compañeros, dando ejemplo y demostrando que el mando no se impone, se ejerce desde la implicación.
Su despedida ha sido discreta, sin grandes actos públicos ni discursos institucionales, pero cargada de simbolismo. En una ceremonia interna una gran parte de la plantilla se reunió para acompañarlo en ese momento tan significativo. No hicieron falta palabras grandilocuentes: el respeto y el afecto se manifestaron en los gestos, en las miradas cómplices, en los abrazos de compañeros que han compartido décadas de servicio. «Muchas veces no se entiende el trabajo de la Policía Local, pero siempre se hace por el bien de los demás», dijo Parra para cerrar ese capítulo, con una frase sencilla que condensa toda una filosofía de vida.
Durante su carrera, Parra ha vivido situaciones de todo tipo. Supo que ser policía «no es solo intervenir, sino también saber escuchar, mediar, prevenir conflictos antes de que estallen, y explicar decisiones para que se comprendan y no se perciban como imposiciones».
Su marcha, además de emotiva, tiene una carga simbólica adicional: su hijo continúa la saga familiar y forma parte actualmente de la Policía Local. Ese relevo generacional supone una continuidad en los valores y el compromiso con el servicio público que han marcado la trayectoria de Parra. Aunque se jubila del cargo, ha dejado claro que seguirá disponible para colaborar en lo que se le necesite, ya sea como asesor, formador o simplemente como alguien dispuesto a compartir su experiencia cuando haga falta.
Más allá del uniforme, quienes lo conocen destacan su implicación con Almendralejo, su participación activa en distintas iniciativas vecinales y su actitud siempre respetuosa, dentro y fuera del ámbito profesional. Porque, al fin y al cabo, ha sido un servidor público en el sentido más noble del término. Su presencia en las calles, su trato con los vecinos, su papel mediador y todo eso forma parte de una historia personal.
La cara más próxima del Estado
«Pocas veces se reconoce abiertamente, pero la Policía Local es, muchas veces, la cara más próxima del Estado, la más visible para el ciudadano común. Es la que interviene en el día a día, la que pone orden sin ruido».
José Luis Parra ha encarnado esa dimensión cercana, empática y profesional durante casi 40 años. Por eso su marcha no pasa inadvertida, aunque él mismo haya querido que sea discreta.
Y es cierto que Almendralejo, que lo vio patrullar, ya no lo verá uniformado, pero sí lo seguirá viendo como siempre: caminando por sus calles, saludando a los vecinos, implicado en la vida de la ciudad. Porque Parra es, ante todo, un vecino más. Uno que dedicó su vida a hacer de Almendralejo un lugar más seguro, más justo y, sobre todo, más humano. Algo que, en los tiempos que corren, no es poco.
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