Domingo de Ramos con fervor, tradición y cariño en Almendralejo

El cielo respetó y Almendralejo vivió un Domingo de Ramos de los que dejan huella. Las lluvias, que habían amenazado durante la jornada, dieron finalmente tregua, permitiendo que las dos procesiones programadas en la capital de Tierra de Barros salieran a la calle con una masiva participación de feligreses y vecinos, que no dudaron en arropar a ambas hermandades con su presencia.

Desde la parroquia de San Roque, volvió a desfilar la tradicional procesión viviente de la entrada de Jesús en Jerusalén, más conocida como la Borriquita. Un cortejo cargado de emoción y simbolismo, que cada año gana en participación, especialmente por parte de familias enteras que se suman con entusiasmo. Este año destacó la gran presencia de niños y adultos, muchos de ellos ataviados con trajes de hebreos cedidos por la Real Hermandad y Cofradía, que en los últimos años ha hecho un importante esfuerzo para facilitar la integración de los más pequeños en esta tradición.

El recorrido, que discurrió por las calles del barrio de San Roque y la plaza de Extremadura, estuvo encabezado por Ana Macías, pregonera de los costaleros de esta Semana Santa, abriendo paso con emoción y orgullo. La estampa de la borriquita, con Jesús sobre el lomo del animal entre palmas y vítores, se vivió con intensidad y alegría, recordando que esta es una de las procesiones más antiguas en su modalidad viviente de toda Extremadura, celebrándose de forma ininterrumpida desde 1968, gracias al impulso del recordado párroco Jesús Núñez Mancera.

Casi al mismo tiempo, desde la parroquia de la Purificación, partía la procesión de Nuestro Padre Jesús en su sagrada entrada triunfal en Jerusalén, conocida popularmente como La Burrita, organizada por la Hermandad del Gran Poder. Esta salida, marcada también por una notable participación infantil, destacó por el desfile de numerosos niños vestidos con túnicas blancas y portando palmas labradas, símbolo inequívoco del Domingo de Ramos.

La expectación fue máxima en su salida, acompañada por los sones solemnes de la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo del Humilladero de Cáceres, que puso la nota musical a un recorrido que transitó por las principales calles del centro de Almendralejo. Padres e hijos compartiendo tradición, emoción y fervor en una jornada que sirve como antesala del resto de la Semana Santa.